La crisis de los ‘subprime’ se extiende en EEUU


Si bien hasta ahora sólo se limitaba a las hipotecas de mayor riesgo, ya empieza a afectar a otras categorías de préstamos inmobiliarios.

El presidente de la Reserva Federal norteamericana, Ben Bernanke, afirmó la semana pasada que "el nivel elevado de falta de pago y de embargos inmobiliarios no se limita a los 'subprimes'", avizorando un primer signo del avance de la crisis.

Una segunda señal a los mercados fue emitida por la agencia Standard and Poor's, la que anunciaba el jueves que la tasa de incumplimiento de pago en los préstamos considerados 'Alt-A' -categoría situada entre la 'subprime' (arriesgada) y la 'prime' (poco arriesgada)- estaba en fuerte alza en febrero.

La base de atribución de los préstamos “Alt-A” radica en el historial de pagos. Su evaluación no debe revelar incidentes en pagos, condición no requerida para los 'subprime'.

La separación en el tiempo en el aumento de los incumplimientos de los “subprime” –registrada hace más de un año atrás- y el de los préstamos “Alt-A”, que recién ahora empieza a experimentarse, se explica, prima facie, porque estos últimos fueron emitidos masivamente hasta 2007, más tarde que los 'subprime'.

La agencia Standard and Poor's precisó que la tasa de incumplimiento en los préstamos 'Alt-A' emitidos en 2007 alcanzó el 10% en febrero, una subida del 14% respecto a enero.

La estructura de estos préstamos, que permiten a menudo fijar mensualidades bajas durante los primeros meses o años de pago, se encuentra también en la explicación del efecto retardado de la crisis en ellos en relación a los ‘subprime’.

Las bajas cuotas iniciales, sin embargo, no impidieron que el monto adeudado creciera, lo que, sumado a la tendencia a la baja de los precios inmobiliarios, provocó que cada vez más hogares ingresaron en esta situación.

"Para una familia modesta se trata de mucho dinero", dijo Mark Adelson, del gabinete Adelson and Jacob Consulting.

Y como ocurrió en el caso de los 'subprime', el deterioro del mercado de los 'Alt-A' está de rebote transmitiéndose a los mercados financieros.

El 6 de marzo la agencia Fitch ubicó 160.000 millones de dólares en títulos asociados a los préstamos 'Alt-A' bajo vigilancia negativa, lo que implica que planea degradarlos.

En caso de rebaja de la nota de estos títulos, los bancos que aún los tienen en sus portafolios estarían obligados de pasar nuevas depreciaciones de activos.

"Hay una posibilidad razonable" de que la degradación del mercado de los 'Alt-A' desencadene una nueva ola de depreciaciones", opinó Adelson.

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