Informe de congresistas demócratas revela gastos ''ocultos'' de la guerra en Irak

Según informó el diario New York Times, el presidente estadounidense vetó este martes un crédito adicional destinado a gastos educativos, de salud y de ayuda a la búsqueda de empleo. Sin embargo, firmó un incremento de 459 mil millones de dólares para un fondo del Pentágono contra la guerra.

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó que los demócratas no aprobarán más fondos para la guerra de Irak este año, hasta que Bush comience a retirar las tropas.


El costo efectivo de la invasión de Irak será de 2,8 billones de dólares en el 2017, lo que, junto a los gastos derivados del conflicto de Afganistán, ascenderá a 3,5 billones de dólares, según un informe de congresistas demócratas presentado este martes en Washington.

El informe del Comité Económico Conjunto (JEC) reveló los gastos de las operaciones en Irak que no fueron incluidos en las estimaciones del Gobierno estadounidense, como los préstamos solicitados a otros países, los costos de tratamiento de veteranos de guerra, el alza del precio del petróleo y las inversiones que se podrían haber hecho en otras políticas de primer orden para el país.

El informe se basa en un escenario relacionado con declaraciones del secretario de Defensa, Robert Gates, quien dijo recientemente que EEUU no debe retirarse totalmente de Irak, como en Vietnam, sino mantener una presencia "duradera", como en Corea del Sur o Japón.

Por ello, el estudio contempla la retirada gradual de las tropas destacadas en Irak y Afganistán, desde las 210 mil unidades actuales hasta las 75 mil en 2013, y asume una presencia constante de las tropas entre 2013 y 2017.

El informe revela que el costo total directo de los dos conflictos asciende en la actualidad a 1,7 billones de dólares. Si se suman los intereses, el gasto total se eleva a 2,4 billones. Pero los demócratas calculan que el costo real se sitúa en 3,5 billones de dólares.

Esto implica que el gasto medio de sostener estas guerras para cada familia estadounidense de cuatro miembros es de 46 mil 400 dólares.

La Cámara Baja votará esta semana un proyecto de Ley que asigna 50 mil millones de dólares para la guerra en Irak, frente a los 196 mil millones que había pedido Bush, pero, sólo para cuatro meses, y fija el límite de la retirada de tropas para dentro de un año.

Según diversos analistas, si la iniciativa pasa, lo más probable es que Bush la vete, al igual que hizo a principios de año con otra propuesta similar.

El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, afirmó este martes en rueda de prensa que los demócratas no aprobarán más fondos para la guerra de Irak este año hasta que Bush no cambie su estrategia y comience a retirar las tropas "ahora".

Bush vetó fondos sociales

Según los demócratas, el dinero gastado en Afganistán, y sobre todo en Irak, podría utilizarse para financiar otras políticas de prioridad para el país, como las infraestructuras de transporte, protección de las fronteras, ayuda para la educación, protección medioambiental o el Programa de Seguro de Salud para Niños (SCHIP), recientemente vetado por Bush.

De hecho, según informa el diario The New York Times, el presidente estadounidense vetó este martes un crédito adicional destinado a gastos educativos, de salud y de ayuda a la búsqueda de empleo. El veto se dio sobre 150 mil millones de dólares, los cuales eran destinados a los departamentos de Educación, Trabajo y Salud.

Bush aseguró que contenía recursos para "demasiados" proyectos especiales, conocidos como "earmarks". Sin embargo firmó un incremento de 459 mil millones de dólares para un fondo del Pentágono contra la guerra.

El presidente anunció su decisión en camino a Indiana donde dio un discurso sobre la economía, en el cual calificó al Congreso (controlado por una mayoría demócrata) de "derrochador de gastos". El mandatario´acusó a los congresistas de actuar "como un adolescente con una nueva tarjeta de crédito".

El informe de los demócratas también analizó un escenario temporal más cercano, que comprende los costes "ocultos" de las guerras de Irak y Afganistán hasta 2008.

El monto para este periodo asciende a 1,6 billones de dólares, el doble de los 804 mil millones que el Gobierno ha solicitado para financiar ambos conflictos, según el estudio.

Los demócratas estiman que los costos reales sólo de la invasión de Irak ascienden a 1,3 billones de dólares, muy por encima de los 607 mil millones que Bush ha pedido al Congreso hasta la fecha.

Esto representa diez veces más que el costo estimado inicialmente por el Gobierno, que dijo en 2002 que la guerra de Irak costaría probablemente entre 50 mil y 60 mil millones de dólares.

Chávez tenía razón, Juan Carlos es fascista

Juan Carlos de Borbón agradece a quién lo nombra rey, el dictador Francisco Franco.

La Jornada de México: El rey está nervioso

El diario azteca afirmó que no le correspondía callar a nadie. A menos que quiera demostrar que en esas cumbres se hace lo que él ordena. Tal vez está cansado, y nervioso, porque en su país se está cuestionando la vigencia de la monarquía.

A través de su editorial el diario La Jornada de México afirmó que el incidente protagonizado en la clausura de la 17 Cumbre Iberoamericana por el Rey Juan Carlos I y el Presidente venezolano, Hugo Chávez, es reflejo fiel de la relación imperante entre el régimen español y algunos gobiernos latinoamericanos cuya visión se aleja cada vez más del antiguo centro colonial.

La insólita salida de tono de Juan Carlos, mandando callar a Chávez, dio el tono a una reunión en la cual, por primera vez en esas encerronas de altos vuelos, los empresarios españoles fueron objeto de duras críticas de los gobernantes de Argentina, Venezuela y Nicaragua.

El colofón fue la reiteración de los calificativos que Chávez endosó el viernes al ex Presidente español José María Aznar; "fascista", lo llamó, tras decir que era el encargado de vender el discurso de Washington. También recordó el apoyo que el empresariado hispano dio al fallido golpe de Estado perpetrado en 2002 contra el gobierno de Caracas.

Cierto es que el Presidente venezolano interrumpió a su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando éste defendía la honorabilidad de Aznar argumentando que "no es aceptable" que en un foro democrático hubiera descalificaciones a personas que gobernaron como fruto de la voluntad popular.

Pero de ahí a que el Rey español, en un foro democrático, mande callar a alguien, hay, cuando menos, un pequeño abismo conceptual. Es entendible que el monarca hispano tenga últimamente sus nervios en estado de alta tensión. Allá en su país les dio recientemente por quemar retratos de él, e incluso se hizo mundialmente famosa una caricatura del semanario El Jueves donde aparecían su hijo y príncipe heredero Felipe con su esposa Letizia en un acto sexual. El cartón, muy discutible, fue hecho célebre por la respuesta de celosos jueces que cerraron filas en defensa de la inmaculada corona, queriendo dar a entender que la realeza es una divinidad encarnada con la que nadie puede meterse.

De manera que el estado de nervios del rey se plasmó ayer en Santiago de Chile, en un país que como España vivió en carne propia los estragos de una dictadura. Y con un gesto antidemocrático, Juan Carlos I puso una pica en Flandes y envió el mensaje de que no se aceptará, al menos por parte de la corona española, que sus antiguos súbditos cuestionen a ex gobernantes y empresarios de aquel ultramarino reino.

Que Chávez tilde de fascista a Aznar no debe sorprender a nadie mínimamente informado sobre los dichos injerencistas del líder ultraderechista español. Y en efecto, que muchos españoles crean en él y voten por la opción política que representa, pues es un asunto muy de ellos. Pero que Rodríguez Zapatero diga que con ello se ofende al pueblo español.

Mayor fue el desprecio –¿democrático?– que Aznar mostró hacia millones de sus paisanos que en las calles dijeron no a la intervención del trío de las Azores (Estados Unidos, Gran Bretaña y España) en Irak, agresión ilegal, contraria a derecho, antidemocrática y, ¿por qué no?, fascista. Y ello no quiere decir que esos pueblos sean fascistas, en absoluto.

Aznar, cabeza visible de la democracia intolerante, y defendido ayer por el socialista Rodríguez Zapatero, sigue poniendo en jaque al estado de derecho español con su máxima fijación: que la voladura de trenes en Madrid del 11 de marzo de 2004 fue maquinación de ETA. Los jueces ya han dicho que no, que los etarras nada tienen que ver.

Aznar perdió las elecciones por mentiroso, por tratar de vender a su pueblo, cuatro días antes de las elecciones de 2004, que ETA era autora del criminal atentado. Y también defendió esos días y noches su nefasta alianza con Washington y Londres. Todo era una mentira. La mitad de sus compatriotas no le creyeron. Y perdió el poder.

No le correspondía a Juan Carlos I callar a nadie. A menos que quiera demostrar que en esas cumbres se hace lo que él ordena. Tal vez está cansado, y nervioso, porque en su país crece imparable un estado de opinión que cuestiona todo, incluyendo la vigencia de la monarquía.

Tal vez el problema estriba en que siendo que en España no dice, o no se atreve, a decir lo que realmente siente, cuando viene a sus antiguos territorios aprovecha para dictar una cátedra tan obsoleta como la misma monarquía.

Ojalá el monarca y Rodríguez Zapatero entiendan de una vez por todas que deben hablar de igual a igual hasta con los que se expresan, según ellos, en términos "políticamente incorrectos". Máxime si se tiene en cuenta que algunos empresarios españoles, apoyados silenciosamente por su gobierno, alientan asonadas como la de Venezuela. Y sin olvidar el trato humillante que regularmente reciben los emigrantes latinoamericanos que recalan en la península ibérica. De ahí también el reclamo del Presidente de Ecuador por la brutal agresión xenófoba sufrida por una conciudadana en el Metro de Barcelona. Claro, su homólogo colombiano Álvaro Uribe nada dijo de la golpiza que días después le propinaron en Madrid a un emigrante colombiano.

¿Estará de más exigir que Juan Carlos I de España y Rodríguez Zapatero, con todo y su talante, entiendan y asuman que la democracia es para todos y en toda su expresión?

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