21-03-2008. - La senadora liberal Piedad Córdoba pasa por uno de los momentos más difíciles de su carrera política. Su papel como mediadora con las Farc para un Acuerdo Humanitario, y su alianza con el presidente venezolano Hugo Chávez para ese fin, le han costado mucho. Desde noviembre, según Invamer-Gallup, su imagen negativa se triplicó -pasó de 32% a 69%- y la positiva cayó a la mitad: de 42% a 20%. En varios lugares públicos ha tenido que enfrentar incidentes por el rechazo que ha causado su gestión. Hasta se ha planteado su retiro de la política, o al menos, del Partido Liberal en cuya ala izquierda -que no está ni al mando ni a la moda- ha militado toda su vida.

A Piedad Córdoba, en semejante panorama, no le reconocen nada. Son visibles y muy criticados sus excesos mediáticos, sus declaraciones exageradas, su acceso a las Farc y sus inoportunos aplausos a Chávez. Y en cambio, todo lo anterior eclipsó su éxito en la liberación de seis secuestrados y su pasado de política combativa que ha oxigenado el debate por sus posiciones frenteras, por su origen racial minoritario y por su carácter de mujer.

Después de un largo periodo de cuestionamientos, respondidos con silencio, Piedad Córdoba aceptó hablar con Óscar Montes y Harold Abueta, periodistas de CAMBIO, sobre su situación, los últimos acontecimientos de las Farc y del Acuerdo Humanitario, y sobre su relación con Chávez y con Uribe.

CAMBIO: Nadie sabe a ciencia cierta por qué termina usted metida en el intercambio humanitario y amiga de Hugo Chávez, y facilitadora del Gobierno Uribe, al que usted la hecho la más feroz oposición. ¿Cómo es la historia?

PIEDAD CORDOBA. Todo empezó el año pasado, cuando estaba en un foro en Venezuela y me invitaron al programa Aló Presidente. Asistí porque quería que el presidente Chávez escuchara mis propuestas sobre el intercambio humanitario. No había hablado antes con él, sólo le había enviado algunos mensajes pero creo que no me tomaba en serio. Cuando el Presidente se percató de mi presencia me invitó a hablar. Ese día le pedí 100 millones para el acueducto de Quibdó, plata que por cierto nunca llegó porque el Gobierno colombiano no lo permitió.

¿Qué más pasó?

Ese día vimos por televisión al profesor Moncayo. Cuando empezó a hablar de los secuestrados en Colombia comenzó a llorar. Me dije entonces que tenía que empezar a trabajar en ese sentido. Luego vino la reunión con el presidente Uribe en Palacio y fue allí donde me dijo: "Piedad, usted tiene que comenzar a trabajar por el intercambio humanitario, tiene todo el respaldo del Gobierno". Yo me sorprendí con el ofrecimiento porque, sinceramente, pensaba que no me iba a parar bolas.

¿Por qué surge el nombre de Hugo Chávez? ¿Lo propone el presidente Uribe o usted?

Desde el inicio, el alto comisionado Luis Carlos Restrepo, quien estuvo en la reunión con Uribe, junto a Bernardo Moreno y a Alicia Arango, dijo que en cualquier diálogo debía estar presente el presidente Chávez porque su nombre era bien recibido por las Farc. Yo estuve de acuerdo pero desde un comienzo tenía claro que no podía cruzarme de brazos y depender de lo que hiciera Chávez desde Caracas. Fue cuando me puse en la tarea de contactar a Raúl Reyes.

¿Había hablado alguna vez con Reyes?

Jamás, no lo conocía.

¿Cómo llega hasta él?

Me fue tan bien en mis gestiones, que llegué primero a donde Reyes que el propio ministro Rodríguez Chacín, a quien Chávez había delegado para que buscara los contactos con las Farc. Mi encuentro con Reyes se hizo público y las imágenes las conoció todo el país.

¿El campamento donde se reunió con Reyes es el mismo que fue atacado por el Ejército colombiano?

Tengo entendido que no. Creo que era un campamento construido para ese encuentro y estaba en Colombia. Días después me enteré en Caracas de que había sido bombardeado por la Fuerza Aérea pero Reyes ya no estaba ahí.

¿Avanzó en ese encuentro con Reyes con respecto al intercambio y la liberación de los secuestrados?

Mucho. Aunque al principio a ellos les generaba desconfianza el hecho de que yo fuera del Partido Liberal, llegamos a considerar nombres que podían estar en una eventual agenda. Se organizó el tema de las liberaciones y de pruebas de supervivencia, algo en lo que yo insistí mucho. También se habló por primera vez de una reunión entre Chávez y Manuel Marulanda.

¿Qué tan comprometido estaba Reyes con esos temas?

Estaba tan comprometido, que incluso se exponía a ser localizado porque llamaba desde su teléfono satelital para comentarle a Marulanda sobre los avances de las conversaciones. Todo era consultado con él y todo debía ser aprobado por él. Me quedó claro que Marulanda es el que manda en las Farc. No se da un paso sin que él lo apruebe y eso lo reconfirmé tiempo después en la reunión con Iván Márquez en Caracas.

¿Cómo se enteró de la muerte de Reyes? ¿Cuál fue su reacción?

Ese día yo estaba muy contenta porque las cosas estaban saliendo muy bien. Estaba escribiendo un resumen sobre las liberaciones y mis reuniones en Estados Unidos para enviárselo a las Farc, cuando un amigo me llamó para contarme de la muerte de Raúl. Quedé impactada y muy afligida, pues entendí que era un duro golpe para la paz. La carta a las Farc quedó a medio escribir y no les pude contar los avances logrados en Washington, donde se habló de la liberación de uno de los tres norteamericanos secuestrados, que ha sido uno de mis propósitos.

Dicen que Reyes era muy terco y que más que un facilitador era un obstáculo...

Raúl Reyes estaba comprometido con el intercambio humanitario y con la liberación de los secuestrados. Además, estaba convencido de que la situación de América Latina daba para una negociación. Por eso me dio muy duro su muerte. Fue grotesca, no hubo persecución en caliente, no hubo enfrentamientos. El Gobierno mintió y buscó un momento clave para matarlo. Fue un ataque frontal contra el Acuerdo Humanitario.

Ex presidentes y políticos advierten que Raúl Reyes era el talón de Aquiles del proceso. ¿Eso es cierto?

No. Él estaba comprometido con el proceso. Incluso recuerdo que Gloria, la esposa de Reyes que también cayó en el bombardeo, me dijo en el encuentro que tuve con él que ella era partidaria de que se enviaran las pruebas.

Pero cuesta creer en un Raúl comprometido con la paz después de la experiencia del Caguán...

Yo no sé cuál es la mala experiencia. Yo creo que el país agotó escenarios y lo importante del Caguán era mantener ese acuerdo y no darles gusto a unos cuantos en el sentido de que eso había que acabarlo porque las Farc no estaban en una tónica de paz. Yo tengo una lectura distinta del resto de la gente. ¿Cuánta cosa se pudo haber evitado si no se acaba el Caguán?

¿Muerto Reyes, que cree que puede pasar?

Esto va a traer consecuencias. Yo no quiero que el proceso se paralice pero las cosas van a ser distintas.

¿Por qué dice que el Gobierno buscó un momento clave para matarlo? ¿Realmente cree que es tan fácil escoger un momento determinado, cuando llevaban años persiguiéndolo sin resultados?

La muerte se produjo dos o tres días después de una reunión en Panamá con el comisionado Luis Carlos Restrepo, Daniel Parfait -ex embajador de Francia en Colombia y actual esposo de la hermana de Íngrid Betancourt- y Noé Sans -asesor del Gobierno francés-.

Tengo entendido que la reunión se dio porque Restrepo les comentó que el Gobierno los autorizaba a hablar con Reyes para mirar cómo se podía dar la liberación de Íngrid. La liberación de Íngrid ya había empezado a considerarse.

¿Y eso qué tiene que ver con el ataque al campamento?

Los franceses llamaron a Reyes al teléfono satelital y ahí fue que lo escucharon. Incluso Sans le dijo en estos días a un amigo mío que se sentía responsable de la muerte de Reyes, pues creía que por su llamada ubicaron al jefe guerrillero.

¿Cree que la muerte de Reyes afecta su interlocución con las Farc?

No creo. Les dije a las Farc que la sangre de Raúl tenía que ser el fertilizante que moviera el Acuerdo. Si bien es cierto que quien tiene la interlocución de las Farc con Chávez es Iván Márquez, la tarea de Raúl era importante porque era un verdadero "canciller".

¿En qué sentido era canciller?

Por sus campamentos pasaba todo el mundo, recibía a académicos y políticos de todas partes. El día que fui iban en la misma chalupa unos europeos.

¿Quiénes eran?

No sé, pero hablaron sobre paz. Contrario a lo que se piensa, hay mucha simpatía por las Farc en otros lugares.

¿Reyes presentía que las autoridades le estaban pisando los talones?

Sí, había mucho hostigamiento. De hecho, Chávez me dijo que dos días después de mi estancia en el campamento lo habían bombardeado. Yo estaba preocupada porque me podían responsabilizar de algo y por eso le dije a Rodríguez Chacín que ellos se encargaran del tema de pruebas y encuentros.

¿Por qué las Farc liberaron a unos secuestrados y no a otros?

Las liberaciones se dieron por el rompimiento del Acuerdo Humanitario y los ataques contra Chávez y contra mí. El ministro Rodríguez Chacín siguió con los contactos y yo continué con mi agenda en Estados Unidos. Yo creo que ellos se dieron cuenta de que estábamos haciendo un papel serio y aceptaron lo que les decíamos: que liberaran a Emmanuel, a las mujeres y a los más enfermos. En enero, cuando lo de Emmanuel, yo dije que iba a enviar una voz para que liberaran a todos los civiles y los uniformados se quedaran para un Acuerdo Humanitario. Yo insistía mucho en que liberaran a un gringo.

¿Por qué es importante para usted la liberación de un estadounidense?

Porque en Estados Unidos se estaban dando condiciones importantes para el Acuerdo. Cuando me senté con Iván Márquez y le conté mis avances ellos saltaban de la dicha. Tuve que convencer a gente cercana a Chávez sobre la importancia de liberar a un gringo. Es más, Thomas Shannon -subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos-, nos decía que Reyes había cambiado mucho y que era más abierto porque en cinco años de querer negociar con las Farc no habían logrado nada. Yo les dije que era porque Chávez estaba metido.

¿Qué cree que viene en el tema de las liberaciones?

Quiero ser optimista pero habrá dificultades. Aunque el principal interlocutor por parte de las Farc es Iván Márquez, Reyes era una persona clave para el Acuerdo Humanitario. Pero Uribe quería impedirlo y por lo tanto no creo que haya más liberaciones. El Secretariado entiende que a Reyes le tendieron una trampa. Construir confianza ahora es muy difícil. Si bien el presidente Uribe ahora quiere sentarse a hablar, las Farc piensan que es una estrategia para ubicarlos y matarlos.

Muchos consideran que Íngrid Betancourt es la "joya de la corona" y que podría ser la última liberada. ¿Cree que eso es cierto?

No creo, pensaría que no es así.

Hablemos de Rodrigo Granda, liberado por Uribe a petición de Sarkozy. ¿Qué papel ha jugado?

Ha sido fundamental. En Caracas era uno de los más activos y uno de los más proclives a la liberación de uno de los gringos. Estábamos tan entusiasmados, que ya hablábamos del tema de una nueva Constituyente (risas).

¿Usted realmente cree en la buena voluntad de las Farc para hacer el Acuerdo?

Creo que sí, por ahora voy a mantener el espíritu optimista, pero es evidente que en las Farc hay mucha inconformidad con el Gobierno. Además, el ambiente se ha enrarecido. Me preocupa mucho el tema de la mochada de la mano de Iván Ríos. La degradación es muy grande y eso quiere decir que a la gente no le importa ni un proceso de paz ni las liberaciones. Es mucho más grave lo de Ríos que lo de Reyes porque muestra hasta dónde se ha degradado el conflicto. Obviamente, también muestra la crisis interna de las Farc.

Pero la desconfianza de los colombianos en las Farc tiene que ver con sus mentiras, sus manipulaciones. Por ejemplo, el caso de Emmanuel fue muy grave.

Por respeto a Clara Rojas y a los que conocieron lo que pasó, no pienso hablar del tema. Seguramente después se sabrá qué pasó en realidad.

Las Farc asaltaron la buena fe de muchas personas, entre ellas usted y Chávez.

No lo creo así. Todo fue manejado por el Gobierno con el único propósito de abortar la liberación. Es lo mismo que pasó con Reyes y con todos los hechos que suceden cuando avanzamos en el tema del intercambio. En el caso de Emmanuel, el guión fue dirigido para abortar la entrega de esas personas. Resulta curioso y grave que cada vez que hay un episodio de liberaciones, hay una respuesta de guerra del Gobierno.

Los recientes golpes a las Farc llevaron al general Fredy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares, a asegurar que estamos ante el principio del fin de ese grupo. ¿Usted qué piensa?

Yo no podría decir eso. Tienen problemas internos y eso es inocultable, pero no pueden matarlos a todos. Y además no podemos desconocer que hay problemas sociales estructurales en Colombia que son el origen del conflicto.

¿Qué opina sobre el anuncio de Bush que están estudiando la posibilidad de meter a Venezuela en la lista de los países que apoyan el terrorismo?

Me parece muy grave. Nunca había visto a Bush hablando así contra Venezuela y amenazar con meterlo en esas listas. Mucha gente de Colombia fue a pedir que le hablara así.

Es muy grave lo que dice...

Los gringos están tan metidos, que agentes del FBI fueron a donde estaban detenidas las dos niñas que traían las pruebas de supervivencia y les dijeron que si no confesaban dónde estaban los estadounidenses las iban a extraditar. A esos mismos tipos me los encontré en la Corte de Nueva York. Ellos pueden andar en todas partes como les da la gana.

Según las encuestas, no parece que la gente le reconozca sus gestiones para la liberación de secuestrados. Usted aparece como uno de los personajes más impopulares...

Ni siquiera Mancuso tiene mis índices de desfavorabilidad. Cuando uno ve la matriz de los noticieros de televisión como RCN y Caracol, queda la sensación de que uno es el enemigo público. Me dicen "traidora", "aliada de las Farc", me critican porque soy amiga de Chávez. Es un manejo mediático muy fuerte.

¿Cree que está pagando un precio muy alto por ayudar a liberar a los secuestrados?

Siempre pensé en el costo que todo esto me traería, pero lo enfrenté porque nadie hace nada, nadie enfrenta el tema de la paz por miedo a las encuestas. Si tengo que volver a sentarme con las Farc lo hago. Las encuestas no me importan.

¿A qué atribuye usted el reciente cambio de actitud del presidente Chávez con el presidente Uribe?

A la intervención de Cuba, pero también a que Argentina, Brasil y otros países intervinieron. Todos dicen que hay que buscar acercar al presidente Uribe, no arrinconarlo. Lo fundamental, me ha dicho el presidente Chávez, es seguir buscando un Acuerdo Humanitario.

¿Qué tan cierto es que Chávez negoció con las Farc algunas liberaciones a cambio de pedir que les reconocieran el estatus de beligerancia?

Eso no es cierto. Yo escuchaba a Chávez, les hablaba muy duro a las Farc y les decía: "Ustedes me dicen ahora si van a acceder al Acuerdo o no, porque yo no me voy a quedar aquí toda la vida". Eso no era de sentarse, abrazarse y tomar whisky, como creen algunos.

Usted dice que hace parte del proyecto bolivariano. Las Farc también. ¿Qué los diferencia?

Mi proyecto no contempla la combinación de todas las formas de lucha.

Algunos creen que usted no ha hecho lo que ha hecho por pura filantropía sino pensando en su futuro político, incluso en una futura candidatura presidencial.

Nada de eso. No tengo esas aspiraciones. Serpa me invitó a recorrer Santander en épocas de campaña pero yo no iba a arriesgar la credibilidad de hacer campañas y al mismo tiempo estar metida en el Acuerdo Humanitario. Debe estar furioso conmigo. Hice un acuerdo y me la jugué por el proyecto político de Lucho Garzón y él no me dio ni la hora. Yo no me muevo por puestos. No le estoy apostando a una candidatura.

¿Va a retirarse del Congreso?

Voy a pedir una licencia para descansar 15 días y pensar. Creo que soy la persona que puede seguir hablando con Cristina Kirchner, con el presidente Correa y con otros para organizar una comisión de países y crear un cerco humanitario en favor de la paz en Colombia.

¿Está acompañada por el liberalismo?

Dicen que actúo a título personal y que eso no compromete al Partido. Pero no descalifican mi tarea porque ha dado resultado para la paz.

¿Se arrepiente de algo?

Aquí todo el mundo peló el cobre, todos se escondieron. Una sola mujer se sentó a hablar con personas de las Farc que no conocía. No me arrepiento de nada y no me voy a separar del proceso. He hecho cosas que difícilmente hacen los políticos o los partidos, en los que ya no creo. Me da mucha pena que digan que ochenta y pico de parlamentarios están investigados por parapolítica.


Guerra en Iraq, el primer genocidio del siglo XXI



La ocupación estadounidense de Iraq, el crimen más flagrante de la historia moderna.

El todavía en curso crimen estadounidense de invadir y ocupar Iraq desde 2003 ha sido la agresión más infame política y militarmente de la historia moderna, que se mofó tanto de todos los códigos morales de la humanidad como del derecho internacional. A pesar de que el mundo entero, incluyendo el propio gobierno estadounidense, era completamente consciente de que eran falsos todos los pretextos para invadir Iraq (sus armas de destrucción masiva, su vinculación con el terrorismo o su liberación) y a pesar de que la comunidad internacional se oponía a esta agresión, el gobierno Bush ignoró todo esto y a todo el mundo, e invadió una de las civilizaciones más antiguas del mundo, Iraq, con 6.000 años de historia, la cuna de las civilizaciones, lugar donde se escribió la primera carta, donde se estableció la primera ley, donde se construyó la primera universidad, donde se utilizó la primera moneda, donde se creó el primer sistema de irrigación, donde se escribió el primer poema…

Lo que las autoridades de ocupación y sus agentes iraquíes ha hecho durante estos últimos cinco años de control de Iraq y lo que continúan haciendo todavía hoy es incluso más flagrante. Iraq fue sometido a una destrucción sistemática. Han desmantelado el Estado, han abolido las instituciones, han destruido los sistemas educativo, sanitario, económico, de seguridad y de infraestructura; incluso han destruido completamente el tejido social y cultural. Hasta el momento han muerto un millón trescientos mil civiles iraquíes, más de cinco millones se han refugiado fuera de Iraq o son desplazados internos (de ellos, un millón y medio son niños), dos millones son huérfanos y más aún viudas, cientos de miles (incluyendo 10.000 mujeres) están prisioneros y expuestos a los peores tipos de tortura y de humillación, y carecen de todo tipo de procedimiento legal …

El 70% de los iraquíes no tiene acceso a un suministro de agua saludable. El suministro de electricidad está por debajo de los niveles previos a la invasión. El 43% de la población vive con menos de medio dólar al día. El nivel de vida en Iraq empeora a diario a pesar de los contratos de más de 20.000 dólares pagados a compañías para reconstruir Iraq y tragados por la corrupción del gobierno. Iraq es ahora el tercer país más corrupto del mundo. Según datos del gobierno, la cifra de paro se sitúa entre un 60% y un 70%. La desnutrición infantil ha aumentado de un 19% durante el llamado "periodo de sanciones económicas" antes de la invasión al 28% actual. Según Naciones Unidas, 8 millones de iraquíes necesitan ayuda de emergencia.

Pero la peor de todas estas penalidades es el siniestro futuro que espera a Iraq. La vieja estrategia colonial de dividir y gobernar es totalmente responsable de las divisiones sectarias y cuanto más tiempo permanezcan en Iraq los ejércitos de ocupación, mayor es la posibilidad de una guerra civil y de que el país se divida. La ocupación creó los diferentes cuerpos oficiales de seguridad a partir de las milicias sectarias y, por lo tanto, les dio autoridad o para matar o para apoyar y ayudar a quienes mataban, secuestraban, desplazaban debido a criterios sectarios. Por otro lado, aparte de los 170.000 soldados pertenecientes al ejército estadounidense, en Iraq hay 180.000 mercenarios que en nombre del conflicto sectario están cometiendo todo tipo de asesinatos y atentados en zonas civiles.


El gobierno estadounidense está trabajando con sus agentes iraquíes en el gobierno iraquí para firmar un tratado a largo plazo que controlará Iraq política, económica (incluyendo el petróleo) y militarmente durante las próximas décadas. No hay ni que decir que este tratado es ilegal ya que las dos partes firmantes son ilegales: el Estado ocupante (que en tanto que ocupante no tiene derecho a firmarlo) y el gobierno iraquí, que fue creado bajo la ocupación y por la ocupación, y que, además, según informes internacionales, es el tercer gobierno más corrupto del mundo.

La única manera de detener estos crímenes, de hacer responsable de ellos a Estados Unidos y a otros criminales, y de empezar la verdadera reconstrucción de Iraq es apoyar al pueblo iraquí en su resistencia a la ocupación, movilizar a la comunidad internacional contra ella e impedir el silencio e indiferencia del mundo ante el primer genocidio del siglo XXI.

*Iman A. Jamas - Rebelión

*Iman A. Jamas es una escritora iraquí, autora del libro Crónicas de Iraq, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2006. Fue directora del Centro del Observatorio de la Ocupación, en Bagdad, que desde pocos meses después de la invasión anglo-estadounidense se dedicó a documentar los efectos de la ocupación y a recoger testimonios que aportan en sus informes. Traducido del inglés por Beatriz Morales Bas.
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19+de+marzo

"El narcoestado soñado por Pablo Escobar, hoy es una realidad"


"El silencio me salvó. Soy la única superviviente, los demás están muertos", dice Virginia Vallejo. En el libro Amando a Pablo, odiando a Escobar (Random House Mondadori), Vallejo arremete contra destacados líderes políticos a quienes atribuye estrechos vínculos con el gran capo de la droga.

Refugiada en Estados Unidos a la espera de obtener asilo político, Virginia Vallejo concedió una larga entrevista a EL PAIS, la primera desde su salida de Colombia hace más de un año. Desaparecida de escena desde hacía más de una década, en la que proliferaron chismes y rumores de la peor especie, la presentadora de televisión, reportera, modelo y actriz vuelve a la palestra como un testigo incómodo para los políticos colombianos. El presidente, Alvaro Uribe Vélez, se ha apresurado a rechazar las acusaciones del libro de Vallejo.

"El narcoestado soñado por Pablo Escobar tiene hoy más vigencia que nunca en Colombia", dice la diva de los años 80. "Los narcotraficantes prosperaron en Colombia no porque fueran unos genios, sino porque los presidentes eran muy baratos", dice Vallejo, y menciona tres nombres como los narcopresidentes: Alfonso López Michelsen, Ernesto Samper y Álvaro Uribe.

Del actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe, Vallejo dice que el jefe del Cartel de Medellín lo idolatraba. Asegura que el gobernante, en su etapa de director de la Aeronáutica Civil (1980-1982) "concedió docenas de licencias para pistas de aterrizaje y centenares para los aviones y helicópteros sobre los que se construyó toda la infraestructura del narcotráfico".

"Pablo solía decir: 'si no fuera por este muchacho bendito tendríamos que estar nadando hasta Miami para llevar la droga a os gringos. Ahora, con nuestras propias pistas no nos para nadie. Pista propia, aviones propios, helicópteros propios...' Sacaban la mercancía hasta Cayo Norman, en las Bahamas, cuartel de las operaciones de Carlos Lehder, y de allí a Miami, sin problemas". Virginia Vallejo está dispuesta a defender públicamente y ante un detector de mentiras todo lo escrito y declarado.

Fueron los años dorados de Pablo, los Ochoa, Gonzalo Rodríguez Gacha el Mexicano, Lehder. Transportaban hasta 300 kilos de cocaína por hora y día. Estaban en el lugar perfecto a la hora perfecta, aunque al final todos tuvieron un destino trágico. En tres años estos tipos pasaron de ser lijadores de lápidas, desvalijadores de automóviles, a tener fortunas de 3.000 millones de dólares. "Cuando conocí a Pablo no sabía que tenía tanto dinero. Me enteré por las revistas Forbes y Fortune que lo situaban como el séptimo hombre más rico del mundo", comenta Vallejo.

Otro episodio que ilustra los supuestos vínculos entre Uribe y Escobar es la muerte de Alberto Uribe Sierra, padre del presidente, en 1983, a manos del quinto frente de la guerrilla de las FARC. "Pablo quería mucho a Alvarito", explica la ex novia de Escobar. "Cuando las FARC mataron al padre de Uribe en un intento de secuestro, Pablo les envió un helicóptero para recoger los restos. El hermano, Santiago, se estaba desangrando. Se encontraban en una hacienda lejana de Medellín, donde no había ni helicópteros ni infraestructura aeronáutica de ningún tipo. Pablo dio la orden de enviar el helicóptero. Me lo contó unos días después. Sintió mucho aquella muerte. Estaba muy triste. Me dijo: 'Quien crea que esto es un negocio fácil, está muy equivocado. Esto es un reguero de muertos. Todos los días tenemos que enterrar amigos, socios y parientes. Me dijo que él también podía ser uno de los muertos, y me preguntó si estaría dispuesta a escribir su historia'".

Según el National Security Archive, un grupo de investigación no gubernamental basado en la George Washington University, Álvaro Uribe fue un amigo cercano de Pablo Escobar, que colaboró con el Cartel de Medellín. El mismo grupo de investigación difundió una lista de los narcotraficantes colombianos más importantes en 1991, elaborada por los servicios de inteligencia estadounidenses, en la que Escobar ocupaba el puesto 79 y Uribe el 82.

Antes de escapar de Colombia, Virginia Vallejo intentó dar su testimonio en el juicio contra el ex ministro de Justicia Alberto Santofimio, acusado de ser el inductor del asesinato del candidato presidencial liberal Luis Carlos Galán, en 1989. "Mi testimonio habría involucrado a toda la clase política de Colombia", asegura. Sospechosamente, la etapa de exposición de pruebas se cerró con una rapidez inusual, y la declaración de Virginia Vallejo se difundió en televisión pero no se incorporó al sumario. Santofimio fue condenado el jueves pasado a 24 años de prisión por homicidio con fines terroristas.

La planificación y financiación del crimen fueron atribuidas a Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín. Según la antigua novia del narcotraficante, Santofimio era el candidato de Escobar para las elecciones presidenciales y el enlace del capo con los jerarcas del Partido Liberal, "sobretodo con el ex presidente López Michelsen, el hombre más poderoso de Colombia hasta el año pasado, cuando murió a los 94 años".

Vallejo asegura que en su presencia "Santofimio instigó por lo menos en tres ocasiones a Pablo a eliminar a Luis Carlos Galán". "Lo conté en julio pasado al diario Miami Herald. A los pocos días, el diario El Tiempo y el Partido Liberal cerraron filas en torno a Santofimio, para proteger al hombre que conoce el precio de toda la clase política de Colombia".

Virginia Vallejo huyó de su país con ayuda norteamericana. A las 6 de la mañana del 18 de julio de 2006, tres vehículos blindados armados con ametralladoras de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá la trasladaron desde su casa al aeropuerto. Poco después un avión de la DEA, la agencia antidrogas de EE UU, despegaba rumbo a Miami. "Fui a la Embajada de EE UU, me reuní con el agregado del Departamento de Justicia, Jerry MacMillan, a quien ofrecí cooperación en el juicio a los hermanos Rodríguez Orejuela , que iba a empezar seis semanas después en Estados Unidos. El funcionario abrió sus ojos como platos cuando oyó que era amante de Escobar".

En Miami la interrogaron durante cinco días. En el juicio a los Rodríguez Orejuela había congelada una fortuna de 2.100 millones de dólares. En contra de lo que han publicado diversos medios informativos, Virginia Vallejo no disfruta de la condición de testigo protegido en EE UU. "Finalmente me dijeron, usted no nos sirve para el caso de los Rodríguez Orejuela, la vamos a devolver a Colombia. Le he explicado cómo corrompieron a la clase política y a dos presidentes de la República. ¿No les sirve esto? Me exprimieron como una naranja, les entregué todos los nombres de los políticos comprometidos con el narco, les hablé de la relación de Uribe con Escobar... Me dijeron que nada de eso les servía en el proceso a los Rodríguez Orejuela. Que me enviarían de regreso a mi país y me protegería el fiscal colombiano. Yo les dije que no, que la esposa del contable de los Rodríguez Orejuela estaba muerta por haberse montado él en un avión de la DEA. Les dije que me quedaba en Miami y pedí asilo político". Los trámites pueden durar años. Mientras tanto, la presentadora de televisión no puede salir de territorio estadounidense. "Mi destino en Colombia sería la tortura y la muerte. Uribe me declaró la guerra a través de todos los micrófonos".

En el ático de un rascacielos de 37 pisos, con una vista espectacular a la bahía de Miami, la ex diva colombiana muestra algunas revistas en las que ocupó la portada, -Bazaar, Cosmopolitan, Al día-, y fotos de los años felices en las que aparece con lo más granado de la alta sociedad colombiana y con Pablo Escobar. Son recuerdos de una época dorada cuando era la presentadora más conocida y más bella de la televisión, como una carta breve de su amante: "Virginia, no pienses que si no te llamo no te extraño mucho. No pienses que si no te veo no siento tu ausencia".

Vallejo trabajó desde 1972 a 1994 como periodista, reportera o entrevistadora. Durante tres años tuve mi propia productora, TV Impacto (1981-83), "una época negra para captar publicidad, en la que perdimos mucho dinero, el equivalente a 250.000 dólares. Pablo pagó de un plumazo esta deuda, cuando se enamoró de mí".

"En aquella época", recuerda, "era un parlamentario de provincias, de extracción popular, y yo era una estrella y una diva de la alta sociedad y la mujer más famosa de Colombia. Para él fue un gran honor que yo le dedicara una hora de mi programa. Yo no sabía nada del narcotráfico ni de las grandes fortunas".

La relación con el jefe del Cartel de Medellín truncó su exitosa carrera. Empezaron las llamadas anónimas y las calumnias, al mismo ritmo que perdía programas de televisión y contratos publicitarios. "Llegaron a publicar que la esposa de Escobar me había desfigurado la cara".

¿Por qué ha decidido hablar después de 20 años de silencio, cuando éste ha sido su mejor protección? "Mi misión es contar la historia para que la nueva generación de colombianos sepa lo que ocurrió". Pero, por qué ahora. "Porque se conjugaron cuatro procesos judiciales simultáneamente, es como una cuestión del destino. Estaba el proceso en curso por el magnicidio de Luis Carlos Galán contra Alberto Santofimio Botero; la Comisión de la Verdad investigando el ataque al palacio de Justicia de 1985; había un proceso en EE UU contra los jefes del Cartel de Cali, los hermanos Rodríguez Orejuela, y había otro proceso también en Estados Unidos contra los dueños de la multinacional que me había despojado de todo mi patrimonio. Yo era el testigo clave en cuatro procesos gigantescos, dos de ellos magnicidios históricos en Colombia y dos procesos enormes en Estados Unidos".

Durante 20 años le ofrecieron todo el dinero del mundo para que hablara de Pablo Escobar. Muchos periodistas querían escribir la historia de Virginia Vallejo con el jefe del Cartel de Medellín. "Yo les decía que la historia la escribiría cuando quisiera. He escrito lo que viví, ésta no es la historia de Pablo Escobar, es mi historia con Pablo y con otros hombres. Es mi autobiografía", afirma.

"Pablo me hizo la mujer más feliz del mundo. A pesar de que nunca viajamos juntos, nunca fuimos a París, nunca fuimos a las Seychelles, nunca me llevó a Cartier a comprar diamantes... Nos veíamos en el hotel Intercontinental de Bogotá, en mi apartamento o en el suyo de Medellín. Ya después en la selva, era como ir a ver al Che Guevara en la selva boliviana".

El homicidio del ministro Rodrigo Lara Bonilla, en 1984, cambió la relación de los amantes. "Nunca reconoció este crimen. Tampoco le pregunté. Él sabía que yo sabía. La persecución que Lara desató contra Pablo fue infernal y acabó con nuestra luna de miel y nuestra tranquilidad, hasta que se produjo la incautación de los laboratorios del Yarí, de 1.000 millones de dólares (700 millones de euros). Esto Pablo no se lo perdonó y ordenó matar a Lara Bonilla. Nos separamos y dejamos de vernos durante un año. Luego me dijo que iba a masacrar a mi país y que reemplazaría las balas por dinamita. Se volvió un monstruo después de nuestra separación, cuando desató la guerra del narcoterrorismo. Se convirtió en mi enemigo, porque no quería escribir su versión del asalto al Palacio de Justicia, ni su biografía apologética y porque quería irme de Colombia. Ya no era el hombre al que había amado con locura".

Fue una relación que combinó pasión con una vida espartana y dura. Escobar entrenó a su amante para situaciones de peligro extremo. Tienes muchos enemigos y tienes que aprender a defenderte y aprender a matarte si son más de cuatro. Me entregó una pistola".

Pero cuando mira hacia atrás no se arrepiente de aquella relación. "Lo amé más que todas las mujeres que haya podido tener y lo odié más que todas las víctimas juntas", concluye Virginia Vallejo. "Hoy tengo todas las perspectivas posibles sobre Pablo. Ahora lo tengo claro, mi único lugar es estar con las víctimas. Pasó la época del amor, del odio y el terrorismo. El libro es como una catarsis que recuerda al amor que compartimos, luego el terror y luego el perdón, hasta que pueda convertirme en la portavoz de las víctimas. Escobar armó un tinglado de corrupción que dura hasta hoy y se extiende a México y a toda el área caribeña".

Recesión en EEUU: Se desploma quinto banco de inversiones de EEUU

Por: Shar/VTV/Agencias



Washington, 18 de marzo de 2008 / En interrogantes se encuentra el futuro de Bear Stearns, el que fuera el quinto banco de inversiones de Wall Street y uno de los más antiguos del mundo, y cuya compra fue anunciada por JPMorgan Chase.

Los cuestionamientos surgen tras la irrisoria cifra conocida: la transacción de esta entidad costará sólo 240 millones de dólares, frente a los tres mil 500 millones que valía el viernes.

El presidente del Senado estadounidense, Max Baucus, afirmó que el Comité de Finanzas está revisando la venta de Bear Stearns a JPMorgan Chase.


"Las dramáticas y sin precedentes acciones del fin de semana por parte de la Reserva Federal y el Tesoro son sólo los primeros de numerosos pasos privados y públicos para preservar la liquidez en el mercado y para facilitar acciones racionales para fortalecer a la economía", especificó Baucus.

JPMorgan precisó que compraría Bear Stearns por dos dólares por acción, rescatando al banco de inversión del colapso en el que cayó por el peso de las fuertes apuestas sobre hipotecas.

La crisis en Stearns se desató el viernes, luego de que el banco reconociera problemas de liquidez y sus acciones se desplomaran ese mismo día en 46% en la Bolsa de Nueva York. El lunes los títulos perdieron 87%.

Otro punto en conflicto son los cambios que habrían en Bear Stearns: al culminar su operación se contempla el despido de unos catorce mil empleados.

De finalizar con éxito la compra, JPMorgan gestionará un espacio que aún permanece en construcción y que le ocasionará gastos anuales de hasta 8,34 millones de libras (10,05 millones de euros).

OEA: Independencia Vs Extorsión


Los acuerdos y resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) tienen alcance hemisférico, y es este organismo el único que agrupa a todos los países de la región. Pero cuando la situación continental se complica, la OEA se comporta de forma paquidérmica y entonces las resoluciones brillan por su ausencia, como quedó evidenciado ayer.

A casi tres semanas de que Colombia violara la soberanía ecuatoriana y escalara el conflicto entre Colombia, Ecuador y Venezuela, la OEA deliberó ayer durante todo el día con diversas sesiones, bilaterales, secretas, discusiones de pasillo y tres plenarias. Pero pasaban el tiempo y el consenso entre posiciones antagónicas no llegaba.

Los temores responden a varias causas.

1.- Estados Unidos es la única superpotencia que integra el organismo hemisférico, por lo que pretende imponer su criterio a todos los países latinoamericanos, su capacidad de intimidación es enorme y aunque actúa torpemente en los asuntos latinoamericanos, es temible cuando usa su poder contra alguno de ellos. Es por esta causa que muchos países de la región prefieren discutir sus problemas en otros foros, como el Grupo de Río.

2.- Los países de América del Sur suelen desconfiar de los Caribeños y Centroamericanos cuando se trata de votaciones dentro de la OEA. Temen de las presiones que Washington ejerce sobre ellos, por lo que prefieren los debates descarnados y decirles a los gringos todo en la cara, pero evitar las votaciones que suelen demostrar que la OEA es un apéndice de la Casa Blanca.

3.- Hasta el presente, la única ocasión que la OEA actuó con independencia, ocurrió cuando se eligió a José Miguel Insulza como secretario general de la OEA en el 2005, por primera vez desde su creación no ganaba el candidato impuesto por los gringos. Sin embargo el Departamento de Estado demostró públicamente y de forma descarada, cómo torcía el brazo de unos cuantos embajadores caribeños en un salón de la propia OEA. Pese a ese esfuerzo y después de varias votaciones que concluyeron en un empate, el puesto lo obtuvo el chileno. Pero todos corroboraron las prácticas extorsivas del los diplomáticos Norteamericanos.

Pero ayer nos estábamos "jugando a Rosalinda", todos los países estaban claros que aprobar una resolución en la que se relativizaba el principio de inviolabilidad territorial y la soberanía, era más grave que marcharse de Washington sin decisión, por lo que primó el adagio popular de "cuando vean las barbas de su vecino arder, pongan las suyas en remojo". Todos entendieron la peligrosidad de dejar abierta una posibilidad para la aplicación de la guerra preventiva de George W. Bush.

Teníamos una ventaja y supimos aprovecharla, los presidentes de la región ya se habían reunido en el encuentro del Grupo de Río, allí discutieron y acordaron un texto común con la participación y anuencia de los tres presidentes clave (Uribe, Correa y Chávez), pero este resultado no sustituye el efecto de una resolución de la OEA, aunque algunos nos ilusionábamos con la idea que habíamos alcanzado solucionar un conflicto regional sin la intervención o influencia de Washington, al que por fin logramos dejar fuera de las deliberaciones.

Pero hay otra realidad, Estados Unidos no tuvo ni voz, ni voto en el encuentro del Grupo de Río, por lo que tal como acostumbra su gobierno, lo decidido allí no les importa. No les vale como antecedente ni como nada, y peor aún, Colombia podría alegar algo similar porque pese a que Uribe estaba presente en esa cumbre, sus acciones no sufrieron una "condena" en el sentido estricto de la palabra.

Por todas estas afirmaciones, el temor de todos los latinoamericanos residía ayer en el riesgo que, ante la falta de una resolución de la OEA que reafirme que la inviolabilidad territorial, sin condiciones, salvedad o matiz alguno, Estados Unidos podría alegar que el incidente en la frontera ecuatoriana, no fue repudiado en el hemisferio, ni consensuada la condena con fuerza resolutoria, por lo tanto, queda abierta la posibilidad de actuar en "legítima defensa" y aplicar las acciones preventivas que las circunstancias requieran.

El análisis puede parecer abstracto. Pero la verdad es que lo debatido ayer en Washington tiene un impacto muy significativo para todos los países del hemisferio y ninguna nación podría sentirse segura ante la posibilidad de injerencia del gobierno de EEUU.

Si Colombia bombardeó en Ecuador a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras sostener que el gobierno de Rafael Correa ignoraba sus pedidos de colaboración. La falta de condena de esta agresión, pondría a Estados Unidos en la posibilidad legítima de atacar en la triple frontera, si concluye que Argentina, Paraguay y Brasil no cooperan con su pedido para erradicar de allí alguna supuesta "célula terrorista", o podría atacar a Venezuela si sospecha que Hugo Chávez tiene "armas de destrucción masiva"?

No hay que olvidar que desde hace tiempo, EEUU denuncia que hay vínculos con grupos terroristas en todos los países donde los gobernantes actúan con independencia y tratan de administrar soberanamente sus riquezas energéticas y todos sus recursos naturales. Es así que han "aparecido" células de Al Qaeda en la isla de Margarita de Venezuela, en Paraguay, en Argentina, en Brasíl, en Bolivia y en Ecuador. Todas estas consideraciones nos obligan a evitar que se de por sentado un peligroso precedente que legitime acciones unilaterales que podrían desencadenar una espiral de agresiones permanentes en toda nuestra región.

Orlando E. Rausseo.

¡¡¡ Marulanda !!!

El guerrillero más antiguo del mundo no se llama realmente Manuel Marulanda Vélez sino Pedro Antonio Marín. Asumió esa identidad en memoria de un dirigente sindical comunista asesinado por la policía. Tampoco ingresó a la guerrilla como marxista convencido sino como un adolescente que sobrevivía a una masacre oficial en la que pereció buena parte de su familia; sus compañeros de entonces tampoco eran comunistas sino liberales perseguidos por el régimen conservador. Su ingreso al Partido Comunista es posterior, y allí recibió toda la educación y formación que posee. Jamás ha pisado una gran ciudad; nunca ha caminado por las calles de Bogotá y su lenguaje sencillo que puede resultar molesto a algún intelectual constituye al parecer uno de sus mayores atractivos para los combatientes de las FARC y para quienes le apoyan y colaboran.

Su imagen de campesino mestizo, curtido en mil batallas, con su ya característica toalla guerrillera al hombro ha sobrevivido a casi medio siglo de guerra, a muchos gobiernos, a innumerables generales nacionales, a múltiples asesores extranjeros y a un sinnúmero de operativos que le daban por muerto.
La posibilidad de un intercambio humanitario de los presos que gobierno y guerrilla retienen en su poder vuelve a colocar a Marulanda en los primeros planos del debate político en el país y en el mundo. No solo es el presidente Hugo Chávez quien aboga por ese intercambio y por el inicio de un proceso de paz; a él se agregan ahora los gobiernos de Francia, Brasil, Ecuador, Bolivia y los 112 países que en reciente cumbre de los No Alineados han dado su total respaldo a la iniciativa.

La incomodidad del gobierno de Uribe no puede ser más evidente. En el fondo, aunque no se trata de un intercambio de prisioneros en toda regla, el acuerdo humanitario implícitamente coloca a las FARC en la condición de fuerza combatiente diluyendo -y mucho- la imagen creada por el gobierno que pinta a esta organización guerrillera con los trazos más oscuros: terroristas, narcotraficantes, secuestradores, asesinos y un largo etcétera de adjetivos que buscan negar su condición de insurgentes, ignorando a propósito que esta guerrilla tiene estructuras militares reconocibles, un programa social y político y unas bases sociales que podrán no ser multitudinarias pero resultan suficientes para no ser ignoradas. De otra parte, la legitimidad del gobierno tampoco parece tan diáfana a juzgar por la raquítica participación de la ciudadanía en las elecciones y por la intervención probada y criminal de los paramilitares en las mismas.

Uribe está preso de una dinámica que él mismo desató. Sembró el camino de dificultades negando a la insurgencia (ELN y FARC) toda otra salida que no sea la rendición completa, algo que solo es viable cuando esas fuerzas están derrotadas o debilitadas en extremo. Y este no parece ser el caso de los alzados en armas en Colombia. No le falta razón a quienes piden no solo el intercambio humanitario sino el pronto inicio de conversaciones serias que conduzcan a la paz. Ahora las autoridades de Bogotá, desbordadas por los acontecimientos, se atrincheran en dos condiciones que de mantenerse inalterables pueden frustrar los esfuerzos de Chávez y los deseos de la inmensa mayoría ciudadana: negarse en redondo a cualquier despeje territorial para adelantar las negociaciones sobre el intercambio humanitario y exigir que quienes salgan de las cárceles no regresen a las filas guerrilleras.

En cuanto a lo primero, el rechazo oficial al "despeje" alegando que significa ceder la soberanía territorial, resulta todo un sarcasmo si se considera que la guerrilla está presente y controla amplias zonas del país, que los paramilitares hacen lo propio y que el Estado, como tal, apenas existe para millones de personas en este país. En realidad este rechazo rotundo de Uribe es tan solo una excusa para impedir que las FARC adquieran la naturaleza de "fuerza beligerante". Sería un golpe decisivo a su política de "seguridad democrática" (que excluye todo arreglo que no sea la rendición) y abriría las puertas a la negociación reconociendo tácitamente la naturaleza política de la guerrilla. Y negociar es lo que la clase dominante colombiana no desea; negociar significa aceptar reformas y para eso no ha existido nunca la menor disposición. Ni en éste ni en anteriores procesos de paz.

En cuanto a lo segundo, exigir la renuncia a las armas a los guerrilleros que se ponga en libertad, plantea nuevas dificultades y no pocas paradojas puesto que quien renuncia a su condición de insurrecto y se acoge a la ley no necesita formar parte de un contingente de intercambio y saldrá libre automáticamente. Si deja de ser guerrillero pierde su condición de intercambiable.
El proceso de intercambio humanitario está entonces cargado de incertidumbres por la variedad y oposición de los intereses en juego. No son pocas las fuerzas que conspiran contra la paz desde el mismo gobierno y desde sectores decisivos de la clase dominante del país, y por supuesto desde Washington, tan comprometido en la guerra colombiana y tan interesado en mantener su relación privilegiada y de dominio sobre Bogotá. Además, que en el proceso de una paz posible y deseada por tantos sea precisamente Hugo Chávez quien juegue un papel destacado contraviene de lleno las políticas estadounidenses que buscan aislar a Venezuela del resto del continente y de ser posible derribar su actual gobierno.

Pero también hay razones para el optimismo. En el fondo, las objeciones pueden solventarse fácilmente si existe voluntad política y disposición. Como muchos señalan - por ejemplo la misma Iglesia Católica tan poderosa e influyente en Colombia - se puede buscar una fórmula intermedia para el desarrollo de las conversaciones, realizando contactos simultáneos en el país y en el extranjero. En Colombia no sobrevendrá en cataclismo si se declara "zona especial" a algún lugar comúnmente acordado en donde ambas partes -gobierno y guerrilla- establezcan los contactos y adelanten las gestiones para el intercambio, previo retiro de cuerpos armados y bajo la supervisión y garantía de países amigos. El intercambio puede combinar soluciones que supongan tanto territorio nacional como países amigos en condiciones tales que se satisfaga a ambas partes. En este país de juristas ilustres no faltará quien con imaginación encuentre la formula legal precisa para romper el nudo gordiano y quien proponga la solución feliz para que todos ganen. Si el intercambio se asocia desde el comienzo con el proceso de paz, los obstáculos mencionados se pueden superar con relativa facilidad; sobre todo los referidos a la suerte futura de los guerrilleros que salgan de prisión.

Un conflicto que parece irresoluble podría no serlo si existe voluntad para ello. La persistencia de la lucha armada en Colombia no ocurre por maldición bíblica o en razón del espíritu especialmente belicoso de sus habitantes sino por condiciones sociales y políticas que sustentan un régimen violento de ventajas y discriminaciones aberrantes. Desde esta perspectiva es obvio que la mayor responsabilidad corresponde a la clase dominante del país, beneficiaria de tan sólido entramado de privilegios. Si esto no sucede, tendrá que ser la iniciativa de la propia ciudadanía la que imponga las soluciones, ya sea en las urnas o mediante un vigoroso movimiento de desobediencia civil.

Si en su día se hubiese realizado la moderada reforma agraria propuesta por el presidente Lleras Restrepo el latifundio improductivo habría sufrido un fuerte golpe, se habría democratizado la propiedad del suelo en un país entonces básicamente agrario, se habría ampliado y dinamizado el mercado interno, se habría influido positivamente en el caótico proceso de urbanización que el país soporta y Manuel Marulanda sería un inofensivo anciano, relatando lejanas proezas a sus nietos en las tardes brumosas de su retiro andino.

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