Al adecaje y copeyanaje delincuencial se les olvidó tan rápido que durante sus dictaduras, cuando apenas dos enmascarados se posaban frente a la UCV a tirar un traquitraque, sus gobiernos dictatoriales decretaban la suspensión de las garantías ¿Cuáles?.
Igualmente a los adecos y copeyanos se les olvidó que en este país, en los últimos 100 años, nunca había sido amenazada tanto la democracia, con golpes de Estado, con paros patronales, con paros petroleros, con guarimbas oligárquicas, que durante estos ocho últimos años. Sin embargo, el Presidente más demócrata que ha tenido este país, ante tanta delincuencia política, que puso en peligro y jaque la mejor democracia del mundo, nunca apeló a la declaración de Estado de Excepción, porque nuestro Presidente sabía, y esa era la voz del pueblo, que nunca pasaría la infamia de cuatro pelagatos golpistas, facistas y terroristas contra un pueblo que estaba armado de constitución, de amor y de solidaridad con su gran líder. ¡No hacía ni hará falta en Venezuela la declaración del Estado de Excepción para apagar la candelita de cuatro pelagatos y cuatro pela-bolas mentales, quienes con su menopausia política, “se marean, les da calambres y se les reseca su vagina mental” de tanto soñar por una buena noche electoral, con sabor a pueblo.
Ahora cuando la Asamblea Nacional acaba de aprobar una disposición, dentro de la propuesta de Reforma a la Constitución de 1.999, que limita el derecho al Debido Proceso y al de la Información en la Declaratoria de los Estados de Excepción, los cuatro pelagatos de la oposición dan un grito al cielo.
Igualmente a los adecos y copeyanos se les olvidó que en este país, en los últimos 100 años, nunca había sido amenazada tanto la democracia, con golpes de Estado, con paros patronales, con paros petroleros, con guarimbas oligárquicas, que durante estos ocho últimos años. Sin embargo, el Presidente más demócrata que ha tenido este país, ante tanta delincuencia política, que puso en peligro y jaque la mejor democracia del mundo, nunca apeló a la declaración de Estado de Excepción, porque nuestro Presidente sabía, y esa era la voz del pueblo, que nunca pasaría la infamia de cuatro pelagatos golpistas, facistas y terroristas contra un pueblo que estaba armado de constitución, de amor y de solidaridad con su gran líder. ¡No hacía ni hará falta en Venezuela la declaración del Estado de Excepción para apagar la candelita de cuatro pelagatos y cuatro pela-bolas mentales, quienes con su menopausia política, “se marean, les da calambres y se les reseca su vagina mental” de tanto soñar por una buena noche electoral, con sabor a pueblo.
Ahora cuando la Asamblea Nacional acaba de aprobar una disposición, dentro de la propuesta de Reforma a la Constitución de 1.999, que limita el derecho al Debido Proceso y al de la Información en la Declaratoria de los Estados de Excepción, los cuatro pelagatos de la oposición dan un grito al cielo.
2 comentarios:
Epa mi pana.
pienso que así las leyes sean duras en la letra el Gobierno no parece ser lo suficientemente firme para aplicarlas. Al igual que a ti, me rejode el recuerdo de abril 2002 y del sabotaje petrolero: la derecha apenas se siente con opción de controlar las instituciones se envalentonan e implantan su dictadura. Nosotros no tenemos vocación para eso. Al menos en situaciones "normales"; ya quisiera verlos en una situación de confrontación, no con los cuerpos represivos que ellos mismos crearon (y que a la hora de la chiquita los defienden a ellos), sino con el pueblo en rebelión.
En fin. Te invito a que leas mi personal análisis aquí: El Discurso del Oeste.
Epa José Roberto, veo que has salido lejos de casa. Espero que te agrade este nuevo experimento expresivo. Saludos a la gente de Al son del 23 y a todos nuestros amigos comunes.
Pasaré a visitarte por tu blog.
Saludos...Marcos
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