PANICO EN NUEVA YORK

Una gran explosión en el centro de Nueva York evoca el pánico del 11-S
*El alcalde de Nueva York confirma que hay al menos un muerto y unos 20 heridos
*39 españoles fueron testigos del caos en Manhattan
*Una inmensa columna de humo volvió a difuminar el 'skyline' de la ciudad


AGENCIAS
NUEVA YORK.- La explosión de una conducción de vapor subterráneo en el centro de Nueva York, que el FBI ha desvinculado de un ataque terrorista, ha causado al menos un muerto y ha dejado una veintena de heridos, que ha sido trasladada a hospitales, según el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg.

El siniestro, que ha devuelto a los neoyorquinos el recuerdo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, se produjo al este de Manhattan, frente al edificio Chanin, en el número 122 de la calle 41, cerca de la Quinta Avenida, a las 18.00 hora local (00.00 hora española), muy cerca de la estación Grand Central de trenes y del emblemático edificio Chrysler.

Se trata de una zona muy frecuentada por los miles de personas que acuden a trabajar a diario desde las localidades cercanas a Nueva York y del vecino estado de Connecticut.

La explosión produjo un gran agujero en el suelo, del que salió una inmensa columna de humo que volvió a difuminar el 'skyline' de la ciudad y llenó de escombros los alrededores.


La psicosis y el miedo a un atentado pronto se extendieron por la zona, en las calles 41 y 42, entre las avenidas Lexington y Tercera, en pleno corazón de Manhattan. Se vivieron momentos de pánico, con carreras para ponerse a cubierto y gritos de pánico. Además, la policía ha cortado al tráfico el centro de la ciudad.

La Oficina de Gestión de Emergencias (OEM) informó de que se produjo la explosión de una tubería de vapor de 50 centímetros de diámetro, instalada en 1924, que provocó un gran socavón de unos cinco metros.

Tanto el FBI como el alcalde de Nueva York se apresuraron a descartar cualquier relación con la actividad terrorista. Las imágenes distribuidas por las televisiones locales han mostrado una gran humareda y vapor, así como un autobús escolar quemado por la explosión y un coche hundido.

"Me cayó todo el techo en la cabeza"
"Sonó como una gran explosión... Era una cadena larga de ruidos. Miré por la ventana y vi una gran nube de humo marrón que cubría toda la calle", dijo Liah Winberg, que trabaja en el edificio contiguo frente al que se produjo el suceso. "Me pareció que estaba otra vez en el 11 de septiembre. Fue horroroso", agregó.

María González, una salvadoreña testigo directo de la explosión y que fue atendida por lesiones en el cuello por los servicios sanitarios, dijo a Efe que "cuando iba por las escaleras en el piso 19 noté como si lloviera".

"Me cayó todo el techo del edificio en la cabeza", agregó la víctima, que también explicó que consiguió salir por sí misma del edificio, tras afirmar que "todavía quedaba mucha gente en los pisos de arriba".

Ya ocurrió lo mismo en 1989
"Oí tal explosión que supe que tenía que salir inmediatamente del edificio", apunta un testigo

Otro testigo presencial, el dominicano Luis Santos, responsable del mantenimiento del ascensor del edificio siniestrado, manifestó "sentirse afortunado" por salir ileso de la explosión. "Oí tal explosión que supe que tenía que salir inmediatamente del edificio", indicó.

Por el sistema de alcantarillado y otras conducciones subterráneas salen a las calles de Nueva York millones de litros de vapor, procedentes de los sistemas de aire acondicionado y de calefacción de los edificios de la ciudad, que cuenta con algo más de ocho millones de habitantes.

El exceso de condensación en esas conducciones de vapor ha ocasionado en más de una ocasión algún incidente, como ocurrió en 1989 cuando una explosión similar causó la muerte de tres personas y numerosos daños materiales en edificios.

Reuters, en un primer momento, había informado de derrumbamientos en un edificio citando un testigo. La policía neoyorquina indicó poco después que no se había caído, pero que estaba "endeble". Numerosos cristales y casquetes se han precipitado a la calle y han herido a varias personas.

El recuerdo del ataque terrorista del 11-S, en el que murieron unas 2.000 personas, volvió a estar presente en las calles de Manhattan, en un momento en el que toma fuerza la posibilidad de que Al Qaeda atente de nuevo durante este verano. Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han aumentado el nivel de alerta.

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