El País de España miente sobre Venezuela y Bolivia
Por Víctor Ego Ducrot (*) | Desde Buenos Aires
Un Observatorio realizado por APM y la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad comprobó que, en esos países sudamericanos, el diario español sólo defiende sus intereses corporativos.
El diario El País responde directamente a los intereses corporativos del Grupo Prisa en el marco de su proceso de expansión en América Latina y ve como un obstáculo las transformaciones de carácter popular iniciadas en Venezuela y Bolivia, porque los intereses estratégicos de cada uno de estos procesos nacionales chocan directamente con los intereses corporativos de la empresa en la región.
Ese influyente medio español recurre a todo tipo de estrategias para desacreditar procesos que son democráticos y populares. Esas estrategias tienden a disciplinar las conductas sociales y políticas de los escenarios en cuestión, para obstruir los procesos contrahegemónicos y de ampliación del sistema democrático.
Lejos está el comportamiento de El País de ser lo que se proclama, “independiente y plural”. Esta afirmación no surge de una valoración meramente semántica sino de la observación realizada, en la que se constató una marcada tendencia a la unilateralidad de fuentes y a la NO confrontación de las mismas…
Ese tipo de coberturas periodísticas buscan minar los fuertes consenso sociales que se están registrando en Venezuela y Bolivia y crear las bases “desinformativas y de inteligencia” de futuras maniobras desestabilizadoras.
Asimismo, se proponen fortalecer, en ambos casos, los parámetros mediáticos del bloque hegemónico para con los países de la región: concentración económica, financiera y de discurso; monopolización del debate y contralor mediático como instrumento de guerra.
Esas son algunas de las conclusiones a las que arribó el Observatorio de Medios de la Agencia Periodística del MERCOSUR (APM) y la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, realizado entre el 1 y el 15 de julio pasados, en torno a la cobertura que la versión digital de El País hiciera sobre los casos Venezuela y Bolivia.
La investigación contó con la activa participación de los especialistas Rosa Miriam Elizalde, de Cuba, y Pascual Serrano, de España, y fue coordinado por Fernando López, del Observatorio de Medios de APM, perteneciente a la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), de Argentina. En los próximos días, la versión completa de la misma podrá ser consultada en la sección Observatorio de Medios de esta misma página electrónica y en la de la Red, entre otras.
Utilizando el modelo de análisis “intencionalidad Editorial”, de carácter cuanticualitativo y diseñado por un equipo de investigación teórica de APM, el Observatorio de esa Agencia y de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad concluyó que el comportamiento de El País respecto de los temas en cuestión “responde directamente a los intereses corporativos del Grupo Prisa en el marco de su proceso de expansión en América Latina”.
“La presencia de Prisa en la región se inauguró con una fuerte penetración en el mercado editorial con sellos como Alfaguara, Aguilar, Santillana, entre otros. Pero a fines de la década de 1990, el holding del recientemente fallecido Polanco comenzó a adquirir medios de comunicación con el objetivo de acaparar los rubros de información y entretenimiento en el mundo de habla hispana”, añade el Informe Final del Observatorio.
Si bien el Grupo posee algunos diarios y canales en el Cono Sur, el objetivo principal en esta etapa apunta a dominar el mercado radiofónico. Prisa ya operaba en este sentido desde el Grupo Latino de Radiodifusión (GLR), con presencia en Colombia, México, Bolivia, Panamá, Chile, Costa Rica y Estados Unidos. En junio de 2006, Polanco dio un salto cualitativo al asociarse con Javier de Godó (Grupo Godó) para concentrar sus participaciones en Cadena SER, Antena 3 y el GLR bajo una nueva empresa bautizada como Unión Radio.
Según los propios datos de Prisa, la operación dio lugar al “primer grupo de radio con más de 1.235 emisoras” en Europa y América, y una audiencia de 28 millones de personas. Prisa también reconoce que “sus planes de futuro incluyen ampliar su presencia en los mercados de Estados Unidos, Portugal e Iberoamérica”.
“Sin embargo, este bloque hegemónico ve como un obstáculo las transformaciones de carácter popular iniciadas en Venezuela y Bolivia, porque los intereses estratégicos de cada uno de estos procesos nacionales chocan directamente con los intereses corporativos de Prisa en la región. De ahí que los medios del Grupo, con El País a la cabeza, hagan causa común contra los gobiernos de esos países, recurriendo a todo tipo de estrategias para desacreditar procesos que son, sin lugar a dudas, legítimamente democráticos y populares”, destaca el Observatorio de APM y la Red.
En el caso de RCTV se ve claramente cómo El País.com trata de imponer su propia parcialidad sobre una Venezuela que, según ese discurso de clase, se reduce al “populismo” y la “demagogia” del presidente Hugo Chávez.
De la misma forma, el Observatorio constató un tratamiento similar hacia Bolivia, a pesar de la escasa cantidad de notas registradas durante el período de observación.
Los procesos periodísticos encaminados por el medio observado “se enmarcan en una clara estrategia que tiende a disciplinar las conductas sociales y políticas de los escenarios en cuestión, para obstruir los procesos contrahegemónicos y de ampliación del sistema democrático. Lejos están estos comportamientos periodísticos de ser lo que se proclaman, independientes y plurales, y esta afirmación no surge de una valoración meramente semántica sino de la observación realizada, en la que se constató una marcada tendencia a la unilateralidad de fuentes y a la NO confrontación de las mismas”, afirma el informe.
La investigación alerta “sobre esos posicionamientos mediático corporativos respecto de los escenarios de Venezuela y Bolivia se inscriben en dos diseños muchos más amplios y ambiciosos por parte de las fuerzas hegemónicas.
En es sentido, se destaca el “minar los fuertes consensos que están generando los procesos sociales y políticos que encabezan los presidente Hugo Chávez y Evo Morales, a la vez que crear las bases desinformativas y de inteligencia que requieren los mecanismos desestabilizadores, golpistas o intervencionistas; en este último caso con una eventual presencia militar extranjera en Venezuela y una estrategia cesionista en Bolivia, a partir de las fuerzas conservadoras más recalcitrantes que radican en la región oriental de ese país”.
El segundo de los diseños planteados es descrito como “el fortalecimiento, ambos casos, de los parámetros mediáticos del bloque hegemónico para con los países de la región: concentración económica, financiera y de discurso; monopolización del debate y contralor mediático como instrumento de guerra, tanto convencional como el marco de los principios del Conflicto de baja Intensidad (GBI)”.
Por último, las conclusiones del Observatorio también alertan “sobre la necesidad de que periodistas y comunicadores en general, organizaciones sociales y políticas y organismos internacionales se aboque a una tarea sistemática de revisión y denuncia de las conductas mediático corporativas, que, como se desprende esta observación sobre los casos Venezuela y Bolivia, son atentatorias contra los principios democráticos y de derechos humanos consagrados por el derecho internacional y por Naciones Unidas”.
Este Observatorio tuvo por objeto aportar a la resolución del V Encuentro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, realizado en Cochabamba, Bolivia, en mayo de 2007, sobre la creación de un Observatorio Permanente de Medios que monitoree con rigor metodológico el comportamiento de los medios de comunicación hegemónicos, con el fin de poner en evidencia los abusos de las grandes corporaciones mediáticas y las violaciones del derecho de los pueblos a la información veraz.
El modelo teórico y metodológico denominado “Intencionalidad Editorial” aborda los procesos periodísticos como manifestaciones específicas del género propaganda y como instrumentos necesariamente vinculados a la disputa por el Poder, disputa que se da en el marco de la relación dialéctica entre hegemonía y contrahegemonía.
Esta propuesta también parte de que la dicotomía Objetividad-Subjetividad es insuficiente y engañosa para el análisis de los procesos periodísticos, pues debe contemplarse, además, el eje Parcialidad-Imparcialidad. De este planteo resulta que todo proceso periodístico como tal debe ser necesariamente Objetivo (en el sentido de remisión a fuentes comprobables y contrastables) e inevitablemente Parcial (en el sentido de la toma de partido por).
Para desentrañar las intenciones editoriales de todos los medios no basta con los resultados que arrojan los distintos enfoques del análisis de discursos, sino que es imprescindible descubrir los entramados de la base de materialidad de los procesos periodísticos, con investigaciones caso por caso acerca de la macro y micro economía política de los medios observados, afirma el capítulo de enunciados metodológicos del Observatorio.
En el apartado “Descripción de datos cuantitativos” se constata que los datos relevados de El País.com durante la primera quincena del mes de julio indicaron que la temática monitoreada por este observatorio tuvo una presencia insignificante en la portada. Se registraron 10 titulares de un total de 537, es decir apenas un 1,86 por ciento que en su totalidad se refirieron sólo a Venezuela, ya sea de manera directa o indirecta, y relacionados particularmente con el seguimiento de la Copa América de Fútbol.
De esos 10 titulares, 6 fueron ubicados en planos secundarios, 3 en destacados y uno en complementarios. En tanto, la utilización de imágenes fue un recurso que sólo se aprovechó en el 40 por ciento de las piezas monitoreadas.
Entre los temas que encabezaron la agenda informativa de la portada se destacó el denominado “Debate del estado de la Nación” en el Congreso, donde el presidente José Luís Rodríguez Zapatero ofreció un balance anual de su gestión y recibió diversas críticas por parte de la oposición. Este hecho obtuvo una extensa cobertura a lo largo de todo el período de la muestra.
También se subrayaron temas como el atentado con un coche bomba en Yemen, donde murieron y resultaron heridos varios españoles; la cumbre entre el presidentes George W. Bush y Vladimir Putin; el recambio de ministros en el gabinete de Rodríguez Zapatero, el arresto de miembros de ETA en Francia; la final de Wimbledon; el Mundial de Fútbol Sub-20, el Tour de ciclismo en Francia, los Sanfermines 2007, entre otros.
De las once secciones del sitio (Internacional, España, Deportes, Economía, Opinión, Cultura, Sociedad, Tecnología, Gente y TV, Blogs y Participa), el tema Venezuela-Bolivia tuvo presencia en seis: Deportes, Internacional, España, Economía, Opinión y Cultura, respectivamente.
La cantidad de artículos publicados en estas secciones fue de 63 sobre un total de 1.221 piezas periodísticas. La relación en porcentajes, en tanto, fue de un 4,42 por ciento de artículos referidos a Venezuela, 0,74 por ciento de artículos sobre Bolivia y 94,84 por ciento sobre otros temas de agenda.
En la sección Deportes se registraron 24 artículos para Venezuela y 2 para Bolivia, la mayoría de los cuales se encuadraron en el seguimiento que hizo El País.com de la Copa América. En el segundo lugar se ubicó la sección Internacional, donde se publicaron 17 notas sobre Venezuela y 2 sobre Bolivia. Le siguieron las secciones España (5 artículos para Venezuela y 3 para Bolivia), Economía (5 artículos para Venezuela), Opinión (3 artículos para Venezuela y 1 para Bolivia) y Cultura (1 artículo para Bolivia).
En cuanto a los géneros periodísticos, El País.com prefirió las notas de carácter informativo para su tratamiento sobre Venezuela y Bolivia (90,48%), mientras que los artículos de opinión obtuvieron un escaso 9,52 por ciento.
El peso informativo, dado por la ubicación de los artículos en las secciones, fue similar a la que se registró en la portada. Más de un 52 por ciento de las notas se ubicaron en planos secundarios, mientras que un 38 en destacados y un 9 por ciento en complementarios.
La diferencia con la portada se registró en relación a las imágenes, ya que el 55 por ciento de las piezas sobre Venezuela y Bolivia fueron publicadas con fotografías.
Las cifras presentadas anteriormente ofrecen una primera aproximación al tratamiento periodístico de El País.com sobre Venezuela y Bolivia, pero para desentrañar la intencionalidad editorial del medio con respecto al tema tratado es preciso profundizar en el análisis tanto a nivel simbólico como material.
El País.com es la versión digital del diario El País de Madrid, con contenidos de la edición impresa y actualización informativa durante las 24 horas. Según la última Encuesta General de Medios (EGM), desarrollada entre los meses de abril y junio de 2007 por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), se trata del diario online más leído de España con 1.876.000 usuarios únicos mensuales. El mismo estudio también calificó al sitio como el medio digital que más crece periódicamente, al verificar un incremento de 286 mil usuarios mensuales con respecto a la encuesta anterior (febrero-marzo de 2007).
El País.com depende de Prisa.com, empresa creada en el 2000 para gestionar los productos y negocios digitales del Grupo Prisa (Cadenaser.com, Cincodias.com, As.com, El Bumeran(g), Los40.com, Ep3.es, Cuatro.com, Plus.es y Santillana en Red). Desde ese año, el portal del diario ha pasado por diversos cambios de diseño hasta que en noviembre de 2006 se realizaron las últimas modificaciones y la web dejó de llamarse El País.es para adquirir su nombre actual.
El portal comparte con el diario impreso y, en general, con el resto de los medios del Grupo Prisa (Prensa, Radio, Televisión e Internet) un posicionamiento contrario a los procesos de cambio que se desarrollan en América Latina –donde el holding encabezado hasta hace pocos días por el recientemente fallecido Jesús de Polanco tiene fuertes intereses en vías de expansión-, haciendo especial énfasis en el proceso bolivariano que lidera el presidente Hugo Chávez, reforzando esa tendencia en todo proceso periodístico referido a Cuba y su gobierno.
Los comportamientos de la multimedia española no son nuevos. En Venezuela, por ejemplo, se instrumentó a partir del triunfo de Chávez en 1999, pero en los últimos ocho años fue profundizándose y aceitándose de tal manera que logró alcanzar un posicionamiento sumamente monolítico en el bloque corporativo de Prisa.
Es en este sentido que el portal El País.com cumple un papel clave como medio de prensa hegemónico en el campo virtual de habla hispana.
El tratamiento sobre el caso de Radio Caracas Televisión (RCTV) tal vez sea un buen ejemplo para analizar el posicionamiento editorial del grupo no sólo porque recobró relevancia durante el período de nuestro observatorio, sino que además las piezas publicadas sobre el tema ofrecen todo tipo de indicadores que permiten desentrañar la parcialidad de clase que se esconde detrás del manto de una supuesta objetividad.
El País.com volvió a lanzar sus dardos contra el gobierno venezolano cuando se anunció la emisión por satélite de RCTV, el pasado 8 de julio. El medio reproduce ese mismo día un cable de la agencia EFE con la noticia y agrega un recuadro para afirmar que, pese al regreso del canal por la señal de Directv, “la lucha continúa” con el objetivo de recuperar el espacio en la televisión abierta. En ese mismo recuadro, el diario también se hace eco de las denuncias del director de RCTV, Marcel Granier, sobre supuestas “presiones y obstáculos” del Ejecutivo venezolano para impedir que esa “lucha” siga su curso.
Por otra parte, en la contextualización de la información se utilizan expresiones y valoraciones acuñadas por el sector golpista que aprovechó la decisión venezolana de no renovar la licencia del canal -medida que, por cierto, fue tomada en estricto cumplimiento de las leyes y las competencias gubernamentales, y refrendada, además, por otros dos poderes del Estado: la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia- para mostrarse como víctimas de un ataque a la libertad de expresión.
“Desde que Hugo Chávez tomara la decisión de prohibir a RCTV que siguiera emitiendo en abierto, las protestas no han cesado”, dice un párrafo del artículo. Asimismo, se ofrecen dos vínculos relacionados: uno con una entrevista digital a Granier y otro con una fotogalería titulada “Chávez cierra RCTV”, con imágenes de las marchas en apoyo a la emisora.
Al día siguiente, el portal le dedicó un mayor tratamiento al tema. Por un lado, se recoge un artículo de la edición impresa con la firma del corresponsal en Caracas, Clodovaldo Hernández, quien se encarga de reafirmar algunos conceptos antichavistas desde un principio. “La televisión prohibida por Chávez volverá por cable y satélite”, afirma el título.
Las denuncias de Granier, en este caso, también se ubican en primer plano: “El presidente de RCTV, Marcel Granier, ha denunciado en varias ocasiones que su empresa se ha enfrentado a todo tipo de obstáculos para poder acceder a los sistemas de suscripción y ha acusado al Gobierno de presionar a las compañías de televisión por satélite y las de cable para que no incorporen al canal. Jesse Chacón, ministro de Telecomunicaciones e Informática, lo desmintió.”
En este sentido, Hernández además sugiere un acuerdo tácito entre Chávez y Gustavo Cisneros para sacar de la competencia televisiva a RCTV: “DirecTV es propiedad en Venezuela del magnate Gustavo Cisneros, cuyo canal de señal abierta Venevisión logró la renovación de su concesión en mayo. RCTV era el principal competidor de Venevisión en el campo de los programas dramáticos (telenovelas principalmente) y de entretenimiento. Entre ambos se distribuían la mayor porción de la inversión publicitaria destinada a la televisión en abierto.”
Nada se dice, sin embargo, sobre las operaciones golpistas de RCTV más allá de algún entrecomillado aislado. Lo que sí abunda es la denuncia sobre “violaciones a libertad de expresión” sin otra fuente que la de los propios denunciantes.
En la misma edición, se reproducen varios párrafos de una carta de la cadena Globovisión remitida al vicepresidente venezolano, Jorge Rodríguez, para ubicar a esta empresa en el mismo plano de RCTV.
“La cadena Globovisión denuncia ‘presiones’ y ‘amenazas’ por parte del Gobierno de Chávez”, sentencia el título, para luego afirmar en la bajada que “en junio, el ministro de Comunicación, William Lara, acusó al canal de ‘instigar al magnicidio’ y alentar las protestas a favor de RCTV”.
Como en otros casos, en el texto no se presenta ni un mínimo contraste de fuentes. El artículo sólo se basa en la carta del presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga, quien “argumenta que esa cadena, abiertamente opositora al gobierno, ha sido ‘amenazada de forma constante’ por Chávez y otros funcionarios con revocarle la licencia de transmisión, que caduca en 2015 según datos de la empresa”.
Posteriormente, durante la visita oficial de Rafael Correa a España, El País aprovechó para colar el tema RCTV en una entrevista del periodista Fernando Gualdoni al presidente ecuatoriano, que fue publicada el 11 de julio. Veamos algunos párrafos de la misma:
P. Usted vive enfrentado a la clase política. Hace unos días acusó por radio a 18 diputados de corruptos, con nombre y apellido... Es un comportamiento un tanto incomprensible para un presidente...
R. Hay cosas que pasan en Ecuador que acá son incomprensibles. La propia prensa lo que publica, fíjese... Mentiras tras mentiras y en nombre de la libertad de expresión no se les puede decir nada...
P. Usted no estará pensando en cerrar un canal como hizo el presidente Chávez en Venezuela con RCTV (Radio Caracas Televisión)...
R. Si apoya un golpe [de Estado] como lo hizo la RCTV en Venezuela lo cierro... porque la ley es clara, ¿no? No pueden incitar a la violencia, a atentados contra la democracia, etcétera... Mire, el 80% de la gente nos respalda a pesar del feroz ataque de los grupos de poder como los partidos tradicionales, la banca y los medios de comunicación. El ambiente es tenso porque estamos ante un verdadero cambio del modelo político y económico.
Sin embargo, el aspecto más relevante se ubicó en la cabeza del artículo, cuando Gualdoni describe a Correa de la siguiente forma: “Este economista de 44 años, con postrados en Bélgica y EE UU, despierta sentimientos encontrados dentro y fuera de su país. Para algunos es un populista imitador del presidente venezolano, Hugo Chávez; para muchos -en su país tiene un apoyo popular superior al 70%- un revolucionario que acabará con años de corrupción y un modelo económico que ha forzado a emigrar a millones de habitantes hacia EE UU y Europa”.
Destacamos este fragmento porque el periodista introduce aquí una pegunta clave para el diario, aunque intente disfrazarla con dos posiciones encontradas: “¿Correa es un populista imitador del presidente venezolano, Hugo Chávez, o un revolucionario que acabará con años de corrupción y un modelo económico que ha forzado a emigrar a millones de habitantes hacia EE UU y Europa?”. Y decimos que Gualdoni introduce porque en la nota no se contesta dicho interrogante. De ello se encargará el propio diario en un editorial publicado en la edición del 12 de julio.
“Correa debe tener cuidado en respetar las reglas del juego. El actual Parlamento, pese a que él lo considere lleno de corruptos y mediocres -en lo que no le falta razón-, debe seguir en pie y no ser disuelto antes de que la Constituyente haya acabado sus trabajos. Tampoco resulta tranquilizador que cite como ejemplo a aplaudir el cierre de la cadena de televisión venezolana RCTV por el régimen de Chávez. La libertad de prensa debe mantenerse en Ecuador. Debe tener en cuenta que los emigrantes ecuatorianos, cuando voten o vuelvan, se verán influidos por el ambiente vivido en su país de acogida, en este caso, España, y su libertad de opinión”, asegura el editorial.
Esta insistencia en señalar la “demagogia” y el “populismo” de Chávez, aunque sea en pequeños fragmentos de notas que no tratan directamente sobre Venezuela, es un recurso que responde a una estrategia sistemática de repetición para que la parcialidad de El País –que en este caso coincide con la de los sectores golpistas venezolanos y la de Washington- se instale como sentido común hegemónico.
Durante el período de observación se detectaron varias piezas de este tipo, además de la entrevista a Correa.
Por ejemplo, en un artículo de Timothy Garton Ash sobre Brasil (1/07/2007), se plantea que ese país latinoamericano “es, junto a India y Estados Unidos, una de las democracias más grandes del mundo. Es una auténtica democracia desde hace menos de 20 años, y ya ha superado la prueba del traspaso pacífico de poder entre partidos y presidentes rivales. Esta joven democracia ha sobrevivido a crisis económicas, un sistema federal de una complejidad chirriante y repetidos escándalos de corrupción. Cuenta con una prensa libre, vibrante y combativa. El ejército, que antes controlaba el país, ahora permanece en segundo plano. En muchos sentidos es un experimento esperanzador”.
Sin embargo, para el autor, “la pregunta que queda pendiente es durante cuánto tiempo es posible que se mantenga una democracia liberal con tales grados de desigualdad, pobreza, exclusión social, crimen, drogas y anarquía. En el país vecino, la Venezuela de Hugo Chávez, puede verse la permanente tentación populista.”
Hasta el jefe de Gobierno electo de la ciudad de Buenos Aires, el empresario de derecha Mauricio Macri, tuvo lugar en El País.com (06/07/2007) para expresar su posición contra el gobierno venezolano, cuando el corresponsal argentino Jorge Marirrodriga le preguntó sobre la política exterior de la gestión del presidente Néstor Kirchner.
“El único país con el que tenemos buenas relaciones, y lo digo con tristeza, es Venezuela. Con todos los demás países vecinos o lejanos estamos en los peores momentos de relación que haya tenido el país en cada uno de esos casos”, contestó Macri.
Marirrodriga ya había publicado un artículo a fines de junio para destacar las críticas del empresario en ese mismo sentido, bajo el título “Macri no quiere saber nada de Chávez”. Aunque las opiniones de Macri, obviamente, no merecieron ningún tipo de descargo por parte del medio, como ocurrió en cambio luego de la entrevista a Correa.
Para El País.com también el deporte es un espacio ideal para subrayar la “demagogia” chavista. Con motivo del pase de Venezuela a cuartos de final de la Copa América, el periodista Diego Torres redactó una crónica desde Puerto de la Cruz para desenmascarar “la intención de Chávez” con la organización del evento futbolístico:
“A diferencia de la mayoría de los niños suramericanos de su generación, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no soñó con ser Pelé. A los 10 años tampoco se le pasó por la cabeza imitar a Bolívar. Enamorado del béisbol, como todos sus compatriotas, su primera obsesión fue seguir los pasos de Isaías Látigo Chávez. Este pitcher, emigrado a los San Francisco Giants, encendió la imaginación del presidente, pero la política y las pasiones no siempre van de la mano. Chávez lo supo cuando en 2006 firmó el decreto 4.742 para impulsar la Copa América de Fútbol. El deporte del balón, y no el béisbol, consideró, era el vehículo más propicio para dar publicidad a su objetivo hemisférico, la Confederación de Naciones Suramericanas, especie de patria grande al modo bolivariano.” (05/07/2007).
Respecto de Bolivia, y como ya se detalló en la descripción de datos cuantitativos, el proceso encabezado por el presidente Evo Morales estuvo casi totalmente excluido de la agenda informativa de El País.com durante el período de observación. Las notas relacionadas con esta temática, apenas incluyeron algunas referencias en torno al desempeño de la selección boliviana en la Copa América y menciones secundarias en artículos sobre otros temas de agenda.
Este tipo de menciones se registraron, por ejemplo, en una nota del corresponsal en Roma, Eric González, sobre el espionaje italiano para presionar a miembros de la Justicia durante el mandato de Silvio Berlusconi (06/07/2007).
Bajo el subtítulo “En busca de subversivos” el periodista sostiene que el jefe operativo del Servicio de Información Militar Italiano (Sismi), Pío Pompa, era un experto en la elaboración de “informes kafkianos”. Según González, “después de un encuentro del juez romano Domenico Gallo con Joseba Álvarez, responsable internacional de Batasuna, (Pompa) acusaba al juez de formar parte del ‘movimiento subversivo’ mundial, en colaboración con el alcalde de Bolonia, Sergio Coferatti, el presidente boliviano, Evo Morales, el subcomandante Marcos y las FARC colombianas, entre otros”.
Uno de los pocos artículos dedicados íntegramente a Bolivia apareció el 4 de julio, cuando la Asamblea Constituyente de ese país resolvió ampliar el plazo original para la redacción de una nueva Carta Magna hasta el próximo 14 de diciembre. La decisión fue calificada por El País.com como un nuevo fracaso de la Asamblea.
“Este aplazamiento se debe al fracaso de los 255 constituyentes en lograr los acuerdos necesarios para la redacción del texto de la nueva Constitución que, en principio, debía presentarse el próximo 6 de agosto, cuando se cumple el plazo de un año señalado en la ley de convocatoria. Los constituyentes han empleado casi seis meses de discusión para aprobar el artículo 70 sobre los dos tercios de votación necesarios para sancionar el nuevo texto”, señaló la corresponsal en La Paz, Mabel Azcui.
Sin embargo, la escasa presencia de Bolivia en la edición digital del diario español no significa que el Grupo Prisa considere que la gestión de Morales sea menos “peligrosa” que la de Chávez en Venezuela.
De hecho, el país andino es un punto estratégico del proceso de penetración y expansión del Grupo en América Latina. En Bolivia no sólo controla el diario La Razón, sino también los matutinos Extra, El Nuevo Día y parte de la cadena ABC.
El diario La Razón era parte del holding de la familia Garáfulic, encabezado por el magnate Raúl Garáfulic, empresario que se caracterizaba por utilizar su poder mediático en campañas y lobby para facilitar grandes negociados. En el año 2000, PRISA invirtió en los medios de la familia y, más tarde, gracias a un litigio judicial que le resultó favorable, logró apoderarse del control total de la empresa por la suma de 10 millones de dólares.
El propio Jesús de Polanco renovó y modernizó los medios en su poder, y contrató a numerosos periodistas bolivianos de tendencia liberal. Además, contó con la bendición del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y en el 2000 editó el libro “La espada en la Palabra” de su amigo y ex presidente depuesto, Carlos Mesa.
La Razón se convirtió, desde entonces, en el diario nacional más importante, tanto a nivel de tirada como de comercialización, sobre todo en la franja ABC1 (clase media-alta).
El medio defendió históricamente la gestión de Sánchez de Lozada, e incluso operó abiertamente para ubicar a varios de sus hombres en puestos estatales. En política internacional, adquirió desde el año 2000 un marcado posicionamiento antichavista y, en reiteradas ocasiones, se manifestó a favor de un TLC con Estados Unidos.
En cuanto a la política nacional, el tema energético se consolidó como un aspecto central de la agenda del medio. Las posiciones a favor de las empresas concesionarias de la extracción de gas y petróleo se endurecieron tras la nacionalización de los hidrocarburos, en mayo de 2006, debido a los vínculos financieros entre el Grupo Prisa y la petrolera Repsol.
El Informe Final de este Observatorio incluye un atractivo apartado -discusión de resultadas complementaria- con anotaciones de casos puntuales comprendidos en la muestra.
El 1 de julio, por ejemplo, en Opinión. Página 14. Artículo de Vargas Llosa: “¿Otro país?”:
El texto es un panegírico de la política de Alan García en Perú y, de paso, critica a Venezuela, Bolivia y Ecuador que termina así:
En tanto que en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, amplios sectores sociales, por diversas razones, experimentan una regresión, que gana conciencias y corazones para las apolilladas recetas populistas -nacionalismo, estatismo, colectivismo- mi impresión es que una mayoría de peruanos ha enterrado esos lastres y va aceptando, algunos con entusiasmo y otros a regañadientes, que si queremos salir de la barbarie de la pobreza, la ignorancia, la explotación y el atraso, no hay más que una receta en el mundo de hoy: democracia política, economía de mercado, estabilidad jurídica, apertura de fronteras, incentivos para la inversión y el ahorro, respeto de la propiedad e impulso a la empresa privada. La notable transformación del Presidente Alan García, que, en buena hora para el Perú, hace ahora exactamente lo contrario de lo que hizo en su primer Gobierno, es expresión y consecuencia de esa evolución de una considerable parte de la opinión pública hacia el realismo y gradualismo que caracterizan a la cultura de la libertad. Por primera vez en mucho tiempo intuyo -con palpitaciones y tocando madera- que después de tanto tiempo de andar a remolque el Perú podría pasar a ocupar un puesto de vanguardia en el contexto latinoamericano.
Habría que buscar las cifras de apoyo político que tiene Alan García frente a Evo, Chávez o Correa. En cualquier caso, a los pocos días el presidente peruano estaba sofocando manifestaciones ciudadanas con el ejército con saldo de muertos y heridos.
En el Suplemento del domingo, página 11, artículo de Timothy Garton Ash, “Brasil, democracia joven y desigual”:
Se repite el modelo del artículo anterior, con motivo de unas palabras esperanzadoras para Brasil, se embiste contra Venezuela:
Brasil es, junto a India y Estados Unidos, una de las democracias más grandes del mundo. Es una auténtica democracia desde hace menos de 20 años, y ya ha superado la prueba del traspaso pacífico de poder entre partidos y presidentes rivales. Esta joven democracia ha sobrevivido a crisis económicas, un sistema federal de una complejidad chirriante y repetidos escándalos de corrupción. Cuenta con una prensa libre, vibrante y combativa. El ejército, que antes controlaba el país, ahora permanece en segundo plano. En muchos sentidos es un experimento esperanzador. Pero la pregunta que queda pendiente es durante cuánto tiempo es posible que se mantenga una democracia liberal con tales grados de desigualdad, pobreza, exclusión social, crimen, drogas y anarquía. En el país vecino, la Venezuela de Hugo Chávez, puede verse la permanente tentación populista. El culto a sus firmas y referentes de opinión es constante. Por eso en el crucigrama del domingo, la foto del personaje a identificar es, una vez más, Mario Vargas Llosa.
Artículo en Economía, página 61 del corresponsal Clodovaldo Hernández. El texto no es muy tergiversador, pero sí el titular y el subtítulo, elementos ambos que suelen estar definidos por la mesa de dirección en la sede central de Madrid, no por el corresponsal. Título: “Chávez se libra de las grandes empresas estadounidenses”. Subtítulo: “Cinco compañías han dicho este año adiós a Venezuela por la ola de nacionalizaciones”.
Cuando se lee la noticia se comprueba que el hecho es que de de las seis empresas que petroleras que operaban en el Orinoco se quedan cuatro y se van dos. Además entre las que se quedan hay una estadounidense, por tanto el titular es falso y el subtítulo tergiversa porque son cinco las que se han ido a lo largo de todo el año no en esa noticia. No siquiera se dice cuáles son las otras tres, en qué sector operaban y cuáles son las razones por qué se han ido.
El 2 de julio, en Internacional, página 3:
Foto de Chávez con Ahmadineyad con un pie de foto titulado “Aliados contra EEUU”. Es una foto muy afectuosa donde el iraní toma al venezolano por los brazos y éste junta las manos y mira al cielo a modo de plegaria. El pie de foto se extiende no más de dos líneas sin explicar apenas el encuentro de ambos. No hace falta, basta con tener esa foto y el título del pie para asociar a Chávez con el presidente iraní.
El 4 de julio hay un breve basado en un cable de Efe sobre Bolivia (página 10 de internacional) que no se considera relevante.
Deportes, página 61. Cualquier excusa es buena para criticar al chavismo:
REPORTAJE: FÚTBOL - Copa América. Del fusil al `funky`:
La seguridad que rodea a Argentina contrasta con la vida tranquila de Brasil
Al contrario que Brasil, que se mueve en autobús escoltado por un patrullero, cualquier traslado de Argentina supone un despliegue de helicópteros, motos y furgones de la policía, el ejército y las unidades especiales de asalto. El procedimiento parece un homenaje a las fuerzas de seguridad del Ayuntamiento de Maracaibo, gobernado por el polifacético Giancarlo di Martino. El señor Di Martino, que ha puesto pegatinas del Che Guevara en su todoterreno de lujo, está atento a las últimas tendencias. Dice que es chavista. La Copa le ha permitido darse a conocer al mundo. La ciudad está plagada de carteles en su honor, en los que aparece sonriente con la mascota del torneo, un guacamayo llamado Guaki.
El 5 de julio. Internacional, página 4, se recrea en unas declaraciones de Chávez sobre su ingreso en el MERCOSUR: Chávez exige a Brasilia que apruebe el ingreso de Venezuela en el MERCOSUR.
Se observa un párrafo incoherente: “En el Parlamento brasileño, Lula tiene mayoría. Le bastará templar los ánimos de los legisladores por las provocaciones e insultos del dirigente venezolano para conseguir la aprobación de la adhesión de Venezuela”. Es incoherente porque nos entiende que recordar las “provocaciones e insultos” sea el modo de conseguir la entrada de Venezuela.
El 9 de julio. Internacional, página 8. La televisión prohibida por Chávez volverá por cable y satélite.
De nuevo una intencionalidad centrada en el titular de una información. El término utilizado en el título, “televisión prohibida por Chávez, nunca lo usa el corresponsal que ha elaborado la noticia desde Caracas. Y es lógico porque la cadena está ahora tan prohibida como hace dos semanas, y si ahora se ve por cable y por satélite es que no está prohibida, por tanto, no lo estuvo nunca. Todo ello lo explica bastante bien el texto, si bien se echa de menos que, al igual que hace referencia a las manifestaciones en contra de la no renovación, silencie que también las hubo en defensa de esta decisión gubernamental. Por supuesto, la foto es para una manifestante en contra de la no renovación a pesar de que sea de hace quince días.
El 11 de julio. Internacional, página 9. Entrevista a Rafael Correa.
De un total de siete preguntas, dos se refieren a Chávez. Así de capciosa es una de ellas: “Usted no estará pensando en cerrar un canal como hizo el presidente Chávez en Venezuela con RCTV (Radio Caracas Televisión)”.
El 12 de julio. La respuesta de Rafael Correa defendiendo la no renovación de RCTV no se la perdona El País y la recoge en el editorial del día siguiente:
Tampoco resulta tranquilizador que cite como ejemplo a aplaudir el cierre de la cadena de televisión venezolana RCTV por el régimen de Chávez. La libertad de prensa debe mantenerse en Ecuador. Debe tener en cuenta que los emigrantes ecuatorianos, cuando voten o vuelvan, se verán influidos por el ambiente vivido en su país de acogida, en este caso, España, y su libertad de opinión. Con el final del párrafo quizás el diario le está diciendo que los emigrantes/votantes ecuatorianos en España (entre 500 y 700.000) leen El País y se puede influidos en su valoración de Correa, porque si como ejemplo de libertad de expresión se refiere a España, allí sí se han cerrado periódicos y radios y, por supuesto, se reparten discrecionalmente las licencias.
Con este primer Observatorio se pretende inaugurar un programa sistemática tendiente a develar las maniobras de la presa hegemónica corporativa contra los procesos políticos y sociales de corte democrático en América Latina. En otras palabras, tendiente a desarticular la maraña de “medios y mentiras enteras”.
(*) Víctor Ego Ducrot es director de APM y del Observatorio de Medios de esa Agencia. Profesor de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.
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